Por primera vez los astrónomos de la NASA han logrado registrar y medir la ferocidad de los vientos de un agujero supermasivo, que transportan más energía cada segundo de la que se emite en más de mil millones de Soles.
Este hecho ha permitido a los científicos confirmar que la potencia de estos vientos, se dispersan en todas las direcciones e impide el nacimiento de nuevas estrellas en las galaxias cercanas.
Fueron los telescopios NuSTAR de la NASA y el XMM-Newton de la ESA los capaces de captar los datos del PDS 456, un agujero negro -irónicamente- extremadamente brillante (conocido como un cuásar), ubicado a 2.000 millones de años luz de la Tierra.
Fiona Harrison, del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en Pasadena, e investigadora del NuSTAR, explicó que hasta ahora sabían que los agujeros negros en el centro de las galaxias, se alimentaban de materia, y ésto generaba los fuertes vientos.
Precisamente este proceso puede “regular el crecimiento de las galaxias. Si conocemos la velocidad, forma y tamaño de estos vientos podemos saber cuán potentes son”, detalló en un comunicado de la NASA.
Emanuele Nardini de la Universidad de Keele en Inglaterra, y autor de la investigación, explicó que “ahora sabemos que los vientos quásar contribuyen significativamente a la pérdida de masa de una galaxia, la expulsión de su suministro de gas, que es el combustible para la formación de estrellas”.
Vientos en todas las direcciones
Otro hecho que lograron confirmar en la investigación, fue que los vientos que emanan del agujero negro no son emitidos en haz, sino de una forma casi esférica. Ello tras observar átomos de hierro dispersos en los lados del agujero.
Con estos datos los astrónomos puedes entender mucho mejor los agujeros negros supermasivos y su papel en la formación de las galaxias.