Grecia hizo este jueves una propuesta financiera a sus socios europeos -con concesiones- pero reiterando su oposición a la austeridad, la cual fue rechazada por Alemania, reduciendo así la posibilidad de un acuerdo en una decisiva reunión el viernes en Bruselas.
El gobierno griego propuso, en una carta al Eurogrupo, una extensión por seis meses del “acuerdo de préstamo” europeo, período en el que se compromete a un equilibrio presupuestario, pero confirmó su rechazo a las medidas de austeridad, según una fuente gubernamental en Atenas.
El ejecutivo de Alexis Tsipras, “en línea con sus promesas, no ha pedido la extensión del memorando”, programa de ayuda en vigor desde 2010 a cambio de duras medidas de austeridad, sino una ampliación del “acuerdo de préstamo” europeo vía un “acuerdo-puente de seis meses durante los cuales se compromete a un equilibrio presupuestario”, indicó esa fuente.
En la carta, el gobierno griego de izquierda radical acepta la supervisión de los acreedores (UE, BCE y FMI), aunque no utiliza más la palabra “troïka”. Se compromete a “financiar plenamente cualquier nueva medida , pero absteniéndose de cualquier acción unilateral que afectaría a los objetivos presupuestarios, la recuperación económica y la estabilidad financiera”.
Una reunión de ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) se celebra el viernes por la tarde en Bruselas para tomar una decisión sobre la demanda de Grecia.
Pero la propuesta griega fue mal recibida ya desde este mismo jueves por Alemania, primera economía de la zona euro. El ministerio alemán de Finanzas consideró en un comunicado que “no es una propuesta de solución sustancial” y “no responde a los criterios” de la zona euro.
Atenas reaccionó algunas horas más tarde dando a entender que algunos países en la zona euro no quieren una “solución” a la negociación entre Atenas y sus socios europeos.
“El Eurogrupo tiene mañana (viernes) dos opciones: aceptar o rechazar la solicitud griega. Eso va a demostrar quién quiere una solución y quién no” indicó una fuente gubernamental griega.
Ortodoxia de Alemania
Alemania insiste en el cumplimiento del plan de ayuda a Grecia en curso y del último paquete de reformas y medidas de austeridad que incluye.
Antes de la reunión del Eurogrupo, este jueves se celebra otra de altos funcionarios de la zona euro (el llamado Euro Working Group) también para examinar la demanda griega.
Sin embargo, tras el debate semántico sobre la extensión del “préstamo” o del “plan o programa”, se esconde una verdadera divergencia de fondo: Grecia quiere una prolongación de su financiación, con algunas condiciones, pero sus socios europeos -en especial Alemania- insisten en basarse en el programa actual, con sus contrapartidas de austeridad.
Atenas no quiere aplicar la última serie de medidas de austeridad del “memorando” que termina a fines de febrero, entre ellas una subida del IVA o una flexibilización del derecho laboral.
Pero la presión es sumamente fuerte por parte de Alemania, guardiana de la ortodoxia. “La solidaridad no va en sentido único”, advirtió la canciller Angela Merkel, el miércoles por la noche en una reunión electoral.
Para Berlín una extensión de la ayuda es “indisociable” de la realización de reformas previstas en el acuerdo firmado con Grecia en 2010 y renovado en 2012, según insistió esta semana un portavoz del gobierno alemán.
El comisario europeo de Asuntos europeos, Pierre Moscovici, que ejerce de “mediador” se declaró convencido de que hay “margen de maniobra”. “Es muy importante que hagamos los esfuerzos necesarios para evitar una ruptura que sería absurda y dañina para todos” en la zona euro, alegó.
En efecto, una ausencia de acuerdo a fines de este mes -cuando finaliza el programa- podría precipitar a Grecia fuera de la zona euro, según los expertos.
Por su parte, Tsipras prevé someter este jueves al parlamento griego una serie de leyes sociales para aliviar la crisis humanitaria del país.