El presidente de Estados Unidos Barack Obama expresó este sábado a su par ucraniano Petro Poroshenko su “simpatía” y su “profunda preocupación” luego que un cese del fuego entrara en vigor en el este de Ucrania.
La tregua comenzaba oficialmente a la medianoche pero nuevos combates en la recta final del cese el fuego levantaron dudas sobre si será respetado el acuerdo.
“El presidente habló este sábado con el presidente ucraniano Poroshenko para expresarle su simpatía por el aumento del balance” en víctimas “del conflicto en el este de Ucrania y su “profunda preocupación por la violencia en curso, particularmente en y alrededor de Debaltseve”, dijo un comunicado de la Casa Blanca.
Más temprano, el jefe de la policía regional leal a Kiev, Vyacheslav Abroskin, dijo que constantes bombardeos de artillería estaban arrasando el estratégico centro ferroviario de Debaltseve, donde las fuerzas ucranianas están resistiendo.
Obama y Poroshenko “enfatizaron la necesidad de que todos los signatarios implementen el cese el fuego y los protocolos del acuerdo alcanzado en Minsk en septiembre pasado y reafirmado por el Plan de Implementación de Minsk de esta semana”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
“Ambos líderes subrayaron la importancia de establecer una paz duradera que respete la soberanía y unidad de Ucrania”.
Obama también le dio la bienvenida al acuerdo logrado con el Fondo Monetario Internacional que plantea “un ambicioso paquete de reformas que ayudarán a estabilizar la economía de Ucrania y a establecer las bases para el crecimiento y la prosperidad”.
El presidente de Estados Unidos habló al teléfono, por separado, con la canciller de Alemania, Angela Merkel, quien ha jugado un rol crítico en las negociaciones de paz.
Los dos líderes están “particularmente preocupados acerca del intenso combate en y alrededor de Debaltseve”, dijo la Casa Blanca, añadiendo que Obama elogiaba “los incansables esfuerzos (de Merkel) para finalizar el conflicto en el este ucraniano y para preservar la unidad y soberanía de Ucrania”.
Según los términos del acuerdo del cese el fuego, sellado el jueves después de las maratónicas conversaciones en Minsk entre los líderes de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia, los dos lados enfrentados tenían dos días para retirar toda su artillería de la línea de frente, antes de que comenzara la tregua.
El último plan de paz es considerado la mejor esperanza de terminar la violencia en la región que ha costado 5.480 muertos desde abril, pero hay gran escepticismo debido a que previamente similares acuerdos no han sido respetados.
Combates feroces en las horas previas al cese el fuego también han tenido su efecto, con Ucrania y Estados Unidos acusando a Rusia de acumular armas para alimentar un ataque rebelde en aras de conquistar territorio.