Rockodromo reunió a 30 mil personas en cinco días de actividades gratuitas

Weichafe en Rockodromo 2015 (C)
Weichafe en Rockodromo 2015 (C)
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Sinergia y Weichafe fueron los encargados de cerrar una de las ediciones más masivas que haya tenido el certamen de Valparaíso. Tras cerrar su edición número 11, Rockodromo apunta a una nueva etapa: la profundización de sus alianzas internacionales, siendo una de las más relevantes la pactada con el festival argentino Cosquín Rock.

Una semana musical que se vivió bajo una máxima permanente: música pública, gratuita y de calidad. Ese fue uno de los lemas que el festival de música Rockodromo, el más relevante de Valparaíso, se encargó de recalcar en cada una de sus actividades, las que se extendieron por cinco días y que este domingo bajó la cortina en una de sus ediciones más masivas, contabilizando un total de 30 mil asistentes.

La clausura estuvo consagrada a dos bandas que dieron prueba de su convocatoria: Sinergia, un proyecto ligado desde sus inicios en 1995 a los procesos formativos de Escuelas de Rock; y Weichafe, cuyo cantante y guitarrista ha ejercido como profesor del mismo programa y que cerró su primera actuación gratuita desde su regreso en 2014.

Ambas agrupaciones marcaron los peaks de asistencia en el espacio abierto de la Plaza Sotomayor de Valparaíso. Cerca de cuatro mil personas se reunieron allí, cuando el lugar alcanzó su capacidad máxima. Por otro lado, y según estimaciones de seguridad, la circulación del público alcanzó ocho mil personas, aproximadamente. Al igual que el sábado, el contador superó las siete horas de bandas y solistas.

Pero además, la del domingo fue una jornada consagrada a la labor formativa que ocupan durante todo el año a las Escuelas de Rock del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Artistas de esos procesos, como Tania Cabello, Inclusión, Pancho Folk, los jóvenes Anástrofe o los raperos iquiqueños de Hentrenamientoh, timbraron un día que avanzó por el amplio espectro de la música nacional, además de reservar un cupo internacional a los uruguayos de Pecho e Fierro.

La clausura también fue la ocasión precisa para que el director de las Escuelas de Rock, Cristián Zúñiga, entregara un balance de la edición número 11 del festival porteño: “Es un gran marco de público que, la verdad, no esperábamos. Valparaíso vuelve a disfrutar de una fiesta popular y Rockodromo se consolida como el festival más importante de música chilena en Valparaíso y uno de los más relevantes del país”, comentó, a propósito del festival que también cuenta con el apoyo de la iniciativa de gobierno, Verano para Todos y Todas.

Segunda década de Rockodromo

“Desde la primera vez que estuvimos, en 2004, sólo ha cambiado en lo técnico. Hoy llegamos a un festival de la envergadura de cualquiera que se haga en Chile. Con la diferencia que Rockodromo es capaz de llenar de contenido su propuesta. Todos los músicos lo sentimos como nuestro”, comentó el guitarrista y cantante de Weichafe. “Siempre nos pone contentos volver a Rockodromo. Queremos que sigan dándose estas instancias con la comunidad”, complementó el guitarrista de Sinergia, Pedro Pedrales.

Con eso, se cierran cinco días que arrancaron el miércoles 4 con el tradicional evento La Noche en los Balcones, donde participó el vocalista de Los Bunkers, Álvaro López, junto a Fernando Ubiergo y Sara Pozo. Rockodromo albergó un día consagrado al hip hop con Tiro de Gracia y Panteras Negras, en otros; conversatorios; exposiciones documentales y una inédita tarde dedicada a bandas de inmigrantes instaladas en Chile.

Ahora, tras cerrar su edición número 11, Rockodromo apunta a una nueva etapa: la profundización de sus alianzas internacionales, siendo una de las más relevantes la pactada con el festival argentino Cosquín Rock, que contempla el intercambio de bandas; como también la posibilidad de replicar el certamen en otras regiones de Chile y exportar su modelo de educación a latitudes como Uruguay. Desde marzo, por otra parte, arrancan las convocatorias para los procesos formativos de las Escuelas de Rock. “La internacionalización de este festival es el próximo paso y, por qué no, aspirar a tener una transmisión por televisión abierta”, proyectó Zúñiga.

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Sinergia y Weichafe fueron los encargados de cerrar una de las ediciones más masivas que haya tenido el certamen de Valparaíso. Tras cerrar su edición número 11, Rockodromo apunta a una nueva etapa: la profundización de sus alianzas internacionales, siendo una de las más relevantes la pactada con el festival argentino Cosquín Rock.

Una semana musical que se vivió bajo una máxima permanente: música pública, gratuita y de calidad. Ese fue uno de los lemas que el festival de música Rockodromo, el más relevante de Valparaíso, se encargó de recalcar en cada una de sus actividades, las que se extendieron por cinco días y que este domingo bajó la cortina en una de sus ediciones más masivas, contabilizando un total de 30 mil asistentes.

La clausura estuvo consagrada a dos bandas que dieron prueba de su convocatoria: Sinergia, un proyecto ligado desde sus inicios en 1995 a los procesos formativos de Escuelas de Rock; y Weichafe, cuyo cantante y guitarrista ha ejercido como profesor del mismo programa y que cerró su primera actuación gratuita desde su regreso en 2014.

Ambas agrupaciones marcaron los peaks de asistencia en el espacio abierto de la Plaza Sotomayor de Valparaíso. Cerca de cuatro mil personas se reunieron allí, cuando el lugar alcanzó su capacidad máxima. Por otro lado, y según estimaciones de seguridad, la circulación del público alcanzó ocho mil personas, aproximadamente. Al igual que el sábado, el contador superó las siete horas de bandas y solistas.

Pero además, la del domingo fue una jornada consagrada a la labor formativa que ocupan durante todo el año a las Escuelas de Rock del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Artistas de esos procesos, como Tania Cabello, Inclusión, Pancho Folk, los jóvenes Anástrofe o los raperos iquiqueños de Hentrenamientoh, timbraron un día que avanzó por el amplio espectro de la música nacional, además de reservar un cupo internacional a los uruguayos de Pecho e Fierro.

La clausura también fue la ocasión precisa para que el director de las Escuelas de Rock, Cristián Zúñiga, entregara un balance de la edición número 11 del festival porteño: “Es un gran marco de público que, la verdad, no esperábamos. Valparaíso vuelve a disfrutar de una fiesta popular y Rockodromo se consolida como el festival más importante de música chilena en Valparaíso y uno de los más relevantes del país”, comentó, a propósito del festival que también cuenta con el apoyo de la iniciativa de gobierno, Verano para Todos y Todas.

Segunda década de Rockodromo

“Desde la primera vez que estuvimos, en 2004, sólo ha cambiado en lo técnico. Hoy llegamos a un festival de la envergadura de cualquiera que se haga en Chile. Con la diferencia que Rockodromo es capaz de llenar de contenido su propuesta. Todos los músicos lo sentimos como nuestro”, comentó el guitarrista y cantante de Weichafe. “Siempre nos pone contentos volver a Rockodromo. Queremos que sigan dándose estas instancias con la comunidad”, complementó el guitarrista de Sinergia, Pedro Pedrales.

Con eso, se cierran cinco días que arrancaron el miércoles 4 con el tradicional evento La Noche en los Balcones, donde participó el vocalista de Los Bunkers, Álvaro López, junto a Fernando Ubiergo y Sara Pozo. Rockodromo albergó un día consagrado al hip hop con Tiro de Gracia y Panteras Negras, en otros; conversatorios; exposiciones documentales y una inédita tarde dedicada a bandas de inmigrantes instaladas en Chile.

Ahora, tras cerrar su edición número 11, Rockodromo apunta a una nueva etapa: la profundización de sus alianzas internacionales, siendo una de las más relevantes la pactada con el festival argentino Cosquín Rock, que contempla el intercambio de bandas; como también la posibilidad de replicar el certamen en otras regiones de Chile y exportar su modelo de educación a latitudes como Uruguay. Desde marzo, por otra parte, arrancan las convocatorias para los procesos formativos de las Escuelas de Rock. “La internacionalización de este festival es el próximo paso y, por qué no, aspirar a tener una transmisión por televisión abierta”, proyectó Zúñiga.