La semana pasada se encontró en Mongolia, el cuerpo de un monje momificado, que sorprendió por su notable estado de conservación.
Para los budistas más antiguos, el hombre -que está sentado en posición de loto- no está muerto, sino que en un profundo trance meditativo.
Según señaló la cadena británica BBC, el cuerpo hallado envuelto en pieles de res en el centro norte del país, fue sometido a exámenes forenses para determinar porqué los restos se conservaron tan bien, considerando que tendrían alrededor de 200 años. Algunos creen que el clima frío de Mongolia podría ser la causa.
Barry Kerzin, médico del líder espiritual tibetano Dalai Lama, dijo al diario Siberian Times que el monje estaba en un extraño estado de meditación llamado “tukdam”.
“Si el meditador puede permanecer en este estado de meditación, puede convertirse en un Buda” dijo Kerzin.
El cuerpo del monje fue descubierto después de que fuese robado por un hombre que pretendía venderlo en el mercado negro. Una vez detenido el sujeto, el monje momificado quedó bajo custodia del Centro Nacional de Investigaciones Forenses de Mongolia.
Aunque no se conoce con claridad su identidad, se cree que se trata del maestro de Lama Dashi-Dorzho Itigilov. Este último fue encontrado en un estado de momificación similar.
De acuerdo a BBC, en 1927, Itigilov dijo a sus alumnos que moriría y pidió que exhumaran su cuerpo en 30 años más. Luego, se sentó en posición de loto y murió. La leyenda cuenta que al ser desenterrado, su cuerpo estaba prácticamente intacto. Para evitar que llegara a manos soviéticas, en ese entonces se le habría vuelto a sepultar, y recién en 2002 fue sacado nuevamente, momento en que aún estaba muy bien conservado.