Aunque el proceso de revisión de la demanda boliviana ante La Haya se encuentra en su recta final, con el tribunal determinando dentro de los próximos meses si se considera o no competente para resolver el tema, esto no ha impedido que la nación altiplánica siga realizando gestiones directas en forma paralela ante Chile, respecto de su anhelo de obtener una salida soberana al mar.
Y quizá la más importante de los últimos años es la que la cancillería de Bolivia hizo llegar al gobierno chileno de forma reservada entre el 18 y 19 de diciembre, donde hizo una propuesta concreta sobre sus aspiraciones, comprometiéndose a retirar la demanda del tribunal internacional si era aceptada.
Según revela el diario La Tercera, el departamento del canciller David Choquehuanca entregó a La Moneda un pliego con 4 peticiones:
1. La entrega de un enclave con soberanía al norte de la caleta de Pisagua en la comuna costera de Huara, Región de Tarapacá, junto a la quebrada de Tiliviche, donde se puedan realizar proyectos turísticos e inmobiliarios.
2. Instalaciones portuarias.
3. Una planta para industrialización de gas.
4. Garantías especiales para el uso de la carretera que une a Chile con la localidad boliviana de Oruro, sin soberanía para no cortar el territorio chileno.
El lugar elegido no es antojadizo. Ya en el pasado se había explorado la posibilidad de establecer ahí un enclave boliviano debido a la escasa población y poco desarrollo de la zona, sumado a la profundidad de las aguas que permitirían la instalación de un puerto.
Consultado por esta propuesta, el canciller boliviano se limitó a responder a La Tercera que “las negociaciones de Cancillería no son a través de los medios de comunicación“.
Por su parte, la cancillería chilena declinó referirse al tema debido a que su presentación fue informal, valorándola sólo como “una idea, la expresión de un deseo, una exploración de la voluntad de Chile de avanzar”.
La negociación directa sigue siendo la principal posibilidad de Bolivia de alcanzar un acuerdo territorial con Chile, toda vez que nuestro país ha declarado en numerosas oportunidades que, en este caso, no aceptará mediaciones ni arbitrajes que se traduzcan en la cesión de terrenos.
“Chile no ha aceptado en el pasado, no acepta ni aceptará mediación alguna en un tema que es absolutamente bilateral, que les compete sólo a Chile y Bolivia”, fueron las palabras con que el canciller chileno Heraldo Muñoz zanjó el tema, descartando de plano pedir al Vaticano u otro país que intervenga en las negociaciones.
Las propuestas anteriores
La propuesta de Bolivia ya era familiar en La Moneda. Esto porque a fines de 2009, el primer gobierno de la presidenta Michelle Bachelet fue quien ofreció -también informalmente- a Bolivia, cederle un enclave en la zona de Tiliviche, aunque sin soberanía.
Posteriormente, el presidente Sebastián Piñera desestimaría la idea, cambiándola de forma secreta en febrero de 2011 por la propuesta de entregar en comodato y sin soberanía un terreno de costa al norte de Arica, en la playa Las Machas.
Poco después, en abril del mismo año, sería el alcalde de Huara, Carlos Silva, quien propondría ceder a Bolivia parte de la caleta de Pisagua. El ofrecimiento motivó que incluso el entonces cónsul boliviano en Chile, Walker San Miguel, llegara hasta la zona para recorrerla.