Tener la capacidad de vivir un orgasmo y seguir sin grandes pausas durante el sexo de pareja, es posible. Y no lo decimos nosotros. Tanto el místico tantra como la rigurosa ciencia lo han comprobado, así que lee con atención.
La duración de una relación sexual dependerá mucho de cuánto un hombre es capaz de aguantar y es que, en muchas ocasiones, la capacidad de disparo es de apenas una sola bala, lo que limita la extensión de ese periodo íntimo en pareja.
Esta situación se debe al periodo refractario masculino, tiempo de descanso que tiene el hombre a la espera de volver a excitarse y tener nuevamente una erección, luego de haber vivido una eyaculación.
Las mujeres también viven esto -periodo refractario femenino-, pero en lapsos tan cortos que parecen imperceptibles, de ahí que ellas logren varios orgasmos durante los juegos previos y el coito.
Jim Larkin, citado por El Confidencial, explica que “la clave para conseguir orgasmos repetitivos en los hombres está en alcanzar el clímax sin eyacular“. Para ello, hay ciertas técnicas.
Una de ellas es retener la eyaculación de manera manual. Para ello, se debe aplicar presión sobre el perineo, un punto en el que se juntan el ano y el escroto en los hombres, justo en el instante en que se siente ocurrirá la situación. Cabe destacar que para ello, se necesita trabajar la técnica, ya que de buenas a primeras no se dará con la zona indicada.
A pesar de que existen muchas experiencias que afirman un éxito usando este tipo de fórmulase advierte que existen algunos riesgos, como desembocar una eyaculación retrógrada en la que el semen sale de la uretra hasta la vejiga urinaria, afectando con el tiempo a los nervios y vasos sanguíneos del perineo.
Entonces, ¿qué otra cosa se puede hacer?
Pere Estupinya, un bioquímico español autor del libro La Ciencia del Sexo, nos da otra idea de cómo lograr la ansiada “eyaculación seca”.
En una entrada en su blog del diario español El País, Estupinya detalla cómo es posible conseguir este acto con la sencilla forma de entender -en primer término- que “el orgasmo es la activación de unos nervios y la eyaculación la activación de unos músculos”. Así entonces, fisiológicamente es posible separar la sensación de la acción.
“Los dos fenómenos suelen suceder juntos pero en realidad son fisiológicamente diferentes”, comenta.
Según relata, la “sensación orgasmática” se siente más en los genitales pero en realidad es en todo el cuerpo, donde se liberan sustancias químicas, se activan áreas cerebrales, incrementa drásticamente la presión y ritmo cardíaco, se dilatan los bronquios y pupilas, existan contracciones pélvicas y se active el reflejo eyaculatorio.
“Todo ocurre en conjunto, pero en realidad son reacciones independientes y no es descabellado imaginar que puedan separarse. De hecho una masturbación rápida puede provocar eyaculación pero una reacción corporal y sensación placentera mucho menos intensa“, explica.
Aclarado esto, ilustra que algunos hombres pueden estar viviendo experiencias multiorgásmicas sin saberlo. Esto sobreviene cuando un hombre evita la eyaculación apretando algunos músculos y registra algunas contracciones que intentan disimular con algunos movimientos de postura -con la idea de no irse- y pensando en situaciones ajenas, pero en realidad los que están viviendo es una sensación multiorgásmica, donde para la nueva ocasión demorarán más en llegar al “punto de no retorno”.
“En realidad experimentasteis algo muy cercano al orgasmo sin eyaculación. Físicamente lo que hicisteis fue parecido a lo que practican los tántricos. La gran diferencia es que ellos saben erotizar el momento y potenciar el resto de sensaciones corporales, mientras que vosotros estabais concentrados en reducir la excitación y sentir lo menos posible. Pero físicamente has tenido un pequeño orgasmo, y de repetirlo podrías considerarte multiorgásmico“, anima.
Para que no te queden dudas, te damos la siguiente guía contada por el investigador:
1 – Cuando crees que estás cerca, haz movimientos pausados e intenta mantenerte un buen rato en ese punto fronterizo cercano al no retorno.
2 – Debes ir muy lento, porque cualquier movimiento violento provocará una eyaculación inmediata.
3 – Cuando te sientas preparado, muy poco a poco ve permitiendo que se acerque el orgasmo. Pero respira muy hondo.
4 – Intenta tensar los músculos de la zona pélvica, y haz como si quisieras retirar toda la atención nerviosa (o energía) hacia detrás del pene y enviarla hacia dentro del cuerpo.
5 – Tu sistema nervioso comenzará a liberar los neurotransmisores del placer, por lo que notarás “unas rampas en los brazos parecidas a cuando las mujeres dicen que han tenido un orgasmo más corporal. Experimentarás incluso el bienestar y la relajación posterior, pero sin la eyaculación y la pérdida de erección”.
6 – Tras unos segundos, si quieres, podrás seguir con el coito hasta volver a alcanzar ese punto de no retorno y repetir el orgasmo seco. Te habrás convertido en multiorgásmico.