Una carta de seis párrafos comenzó a difundirse entre los apoderados del Colegio Cumbres cuya presunta autoría es del sacerdote John O’Reilly, condenado por abuso sexual en contra de una niña que en la actualidad tiene nueve años.
Iniciando con un saludo de agradecimiento a los apoderados que lo apoyaron, el autor del texto subraya su inocencia, misma a la cual apuntó el mismo O’Reilly durante todo el transcurso del proceso.
“Soy total y completamente inocente del caso que se me acusa. Jamás he tocado, ni siquiera mirado de forma abusiva, a esta niña, ni a ninguna otra persona“, expresa en la carta.
Junto con concluir que “la justicia no existe”, se acusa que no se escuchó a los testigos de la parte acusada y tampoco “se reconoció la imposibilidad del lugar donde dicen las hermanas que las cosas pasaron”.
En la carta también se explica por qué no se decidió recurrir de nulidad, lo que fue confirmado durante la jornada de este lunes. “El principal motivo es que presentar una nulidad que, sin duda ganaríamos, me conduciría a un nuevo juicio en el que no tengo ninguna garantía de debido proceso“, sostiene el autor del texto.
En tanto, la Congregación de los Legionarios de Cristo detalló en la tarde de hoy a través de un comunicado que la defensa de O’Reilly decidió renunciar a la interposición de un recurso de nulidad “buscando terminar con un capítulo muy desgastador y doloroso no sólo para él, sino para todos los involucrados”, esperando que la niña afectada pueda “retomar su vida con la mayor normalidad posible”.
Queridos amigos:
A través de este mensaje, quisiera agradecerles todo su apoyo, cariño y oración durante estos 29 meses de injusto proceso que se ha llevado en mi contra. Como lo dije desde el principio, soy inocente. Soy total y completamente inocente del caso que se me acusa. Jamás he tocado, ni siquiera mirado de forma abusiva, a esta niña, ni a ninguna otra persona. Lo juro por mi sacerdocio y por la salvación de mi alma. Soy inocente.
Lamentablemente he llegado a la conclusión que la justicia civil no existe. En mi caso, desde un principio hubo un prejuicio y no se escuchó a la gran cantidad de testigos que trataron de imponer la verdad, ni se reconoció la imposibilidad del lugar donde dicen las hermanas que las cosas pasaron.
Estas últimas semanas, he estado muy unido en oración a Nuestro Señor Jesucristo, a mi Superior en la Congregación, a mi abogado Luis Hermosilla y a su equipo, y a un grupo de personas que generosamente me han asesorado, para que sea yo, quien tome la mejor decisión para mi alma, para los Legionarios de Cristo y para la Iglesia.
En este contexto, he decidido no ir de nulidad y acatar la sentencia que injusta y arbitrariamente, se me ha impuesto. El principal motivo es que presentar una nulidad que, sin duda ganaríamos, me conduciría a un nuevo juicio en el que no tengo ninguna garantía de debido proceso. Ese nuevo juicio no me otorga ningún Recurso Procesal para defenderme de un resultado injusto.
Por esta razón, el día de hoy, hemos presentado, en conjunto con la familia Herane, un escrito renunciando a los plazos, con lo cual se pone término a este juicio.
Agradezco nuevamente a cada uno de ustedes, su apoyo y sus constantes oraciones, que sin duda me dieron la fortaleza para vivir este drama infernal. Tengo la Paz y la seguridad que Dios está siempre con nosotros.