Pony es una orangután que hace diez años era violada día tras día en la localidad de Kereng Pangi, en la provincia indonesia de Kalimantan Central. Le pintaban los labios y los aldeanos creían que les traía buena suerte. Cuando todo esto ocurría la animal tenía 7 años, que si se compara con la edad promedio de un humano y considerando que su especie de Pony sólo vive aproximadamente 50 años, sería como una persona de 13 ó 14.
En el momento en que se descubrió lo que pasaba en el pequeño pueblo de Indonesia, activistas concurrieron al lugar encontrándose con personas que rechazan la idea de sacarla de ahí. “Su dueño se oponía porque era su medio de subsistencia. El pueblo donde estaba también, pues decían que le traía suerte”, dice Karmele Llano, una veterinaria que trabajó con la orangután, al diario español El País.
La veterinaria contó que la dueña de Pony se negó a dejarla libre, “para ella era una máquina de dinero” y los pobladores eran tan supersticiosos que estaban dispuestos a luchar con cuchillos y armas blancas para evitar que abandonara la casa.
La organización The Borneo Orangutan Survival Foundation (BOS), participó en el rescate y también en el cuidado posterior y recuerdan tenía múltiples marcas en su cuerpo y que estaba cubierto con picaduras de mosquitos. “No podía dejar de rascarse y su piel tenía múltiples infecciones”, dijo la profesional.
“No fue fácil su readaptación. Pony es muy lista y tenía recuerdos de lo que había vivido. En el refugio, cuando un hombre se acercaba, se iba a una esquina y se orinaba encima. Les tenía pánico. En cambio, eso no pasaba cuando una mujer iba hacia ella”, relata la veterinaria.
El plan fallido
BOS trató de llevar a Pony de manera muy apresurada a su hábitat natural, sin embargo, eso no salió como ellos esperaban. “Pony no estaba acostumbrada a los árboles. Ella prefirió quedarse en el suelo. Cuando tenía hambre, esperaba a que los técnicos le diesen su comida sin tener que tratar de alimentarse por sí misma. A diferencia de otros orangutanes, ella nunca exploró la isla. Su viaje se limitó a cruzar un pequeño río entre las islas para ir al campamento de los técnicos y pedir comida”, dicen.
Pasar de estar encerrada en una casa -donde su único fin era ser usada de manera sexual- a un cautiverio y luego entrar en contacto con un bosque al que no estaba acostumbrada, resultó un fracaso. A pesar de que los cuidadores admitían que Pony era muy inteligente y que aprendía todo de manera muy fácil, el bosque simplemente no era lo suyo, por el momento.
La orangután había adoptado un nivel muy avanzado el comportamiento humano. No dormía en el suelo, usaba pinches en su cabello y buscaba mantas y sacos para acomodarse. Así que en BOS se dieron cuenta de que sería un trabajo complicado, no podrían adaptarla tan fácil a vivir en la jungla, para eso tenían que ayudarla con dos situaciones: superar el miedo y aprender a sobrevivir en el bosque.
De vuelta a los árboles
A mediados del año pasado, Pony y otros siete orangutanes fueron liberados para comenzar un nuevo proceso de vida. “Sus habilidades de supervivencia están creciendo satisfactoriamente en comparación con los años anteriores. Ella ahora es capaz de hacer un nido y muestra un comportamiento salvaje. Esta hembra pesa 72,1 kilogramos y actualmente es muy dominante en comparación con sus amigas”, dicen en BOS.
La veterinaria Llano admite que aún queda mucho trabajo por hacer en cuanto a Pony y también por los demás animales. “Sabemos que el de Pony no es un caso único, es el más famoso y el que hemos podido documentar, pero hay más”, explica.
Orangutanes como presa del mundo
“Normalmente se les captura cuando son bebés, con pocos meses. Pony podría haber sido prostituida desde los cinco años, ya que con menos edad es demasiado pequeña. Los orangutanes pueden vivir unos 50 años y tienen procesos muy similares a los de los humanos”, recalca Llano. La madurez sexual llega a los ocho años para estos animales, es decir, que Pony fue violada siendo menor, una aberración aún mayor.
El robo y la violación no es lo único que deben sufrir estos primates. La deforestación ataca de tal manera que incluso en el Amazonas, muchos animales caen en trampas mortales por este motivo.
Un caso que grafica el terrible precio de la codicia humana es el de un orangután que fue presa de una trampa, quedó atrapado de un brazo y estuvo una semana sin comer ni beber. Fue encontraron en un pésimo estado y lo llevaron a rehabilitación. “Pensamos que no se iba a salvar. Estuvo ingresado una buena temporada. Pero salió adelante. Ya logró recuperarse y recorre el bosque”, señalan.
Avanzando
A pesar del largo camino que tuvo que recorrer Pony, la meta por vivir por sí misma crece día a día. “Estamos muy aliviados y felices de ver a Pony viviendo en una isla como ésta. Sin lugar a dudas un sitio mejor para ella que en cautividad”, aseguran en BOS.
“Ya parece tener un novio que le ronda… Por lo pronto es el mundo el que está enamorado de Pony. Es muy famosa”, dice Paulina L. la directora de BOS. No obstante, es muy complicado hablar de embarazo con las marcas propias de una vida de esclavitud sexual que llevó.
Esta semana Pony cumplió 18 años y sigue tratando de encontrarse en la jungla. Un equipo de expertos vigila su desarrollo y espera con atención sus avances.