Presuntos sicarios del narcotráfico detenidos en México han declarado que más de 40 estudiantes desaparecidos están muertos y sus cadáveres fueron incinerados, informó este viernes la fiscalía general sobre un caso que ha conmocionado al país y a la comunidad internacional.
Un total de 43 estudiantes de una escuela de Ayotzinapa (Guerrero, sur) están desaparecidos desde que fueron atacados por policías de la cercana ciudad de Iguala la noche del 26 de septiembre y entregados después a sicarios del grupo narcotraficante Guerreros Unidos.
De acuerdo con los nuevos testimonios de detenidos, más de 40 jóvenes fueron trasladados esa noche en vehículos a un basurero de la vecina localidad de Cocula a donde algunos ya llegaron muertos asfixia.
“Los otros fueron interrogados por el grupo criminal para determinar quiénes eran y los motivos de su llegada a Iguala”, señaló el fiscal general, Jesús Murillo Karam, en una conferencia de prensa.
Los estudiantes se habían desplazado a Iguala para recaudar fondos para su escuela. Para regresar a sus casas se habían apoderado de dos autobuses en Iguala, una ciudad donde sus autoridades son acusadas de servir a los Guerreros Unidos en sus pugnas territoriales con otros cárteles.
Los detenidos señalan que “privaron de la vida a los sobrevivientes y después los arrojaron a la parte baja del basurero y quemaron los cuerpos” durante horas con gasolina, llantas, leña y otros elementos, dijo Murillo Karam, quien apoyó su conferencia de prensa con grabaciones de las confesiones y de la reconstrucción del crimen.
En ese basurero los peritos encontraron cenizas y algunos restos óseos humanos. Según los detenidos, los otros restos calcinados fueron fracturados y colocados en bolsas de basura que vaciaron en un río cercano.
Murillo Karam dijo que una de las bolsas fue encontrada completa y cerrada y que en su interior fueron hallados restos humanos que podrían no llegar a ser nunca identificados.
“El alto nivel de degradación por el fuego hace muy difícil la extracción de ADN que permita la identificación. Sin embargo, no ahorraremos esfuerzos hasta agotar todas las posibilidades científicas”, dijo el titular de la fiscalía, que para esta labor ha solicitado ayuda a expertos de una universidad de Austria.
Murillo Karam recalcó que no hay evidencias de que los estudiantes formaran parte de algún grupo criminal.
Desconfianza de padres
Esta es la primera vez que la fiscalía mexicana ofrece un relato del crimen que llega hasta la supuesta muerte de los estudiantes. Sin embargo, Murillo Karam aseguró que la investigación sigue abierta y que hasta que no tengan pruebas científicas de la muerte de los estudiantes los seguirán considerando como desaparecidos.
Tras la conferencia del fiscal, el presidente Enrique Peña Nieto, que con este caso afronta la crisis más grave de su gobierno, prometió a los padres de los 43 jóvenes que se hará justicia.
Los padres de los jóvenes, que se reunieron con Murillo Karam la mañana del viernes en Guerrero, han convocado a una rueda de prensa para la tarde.
Antes de la conferencia, Meliton Ortega, tío de un desaparecido, dijo a la AFP que les han dejado claro a las autoridades que no pueden solamente basarse en testimonios de los detenidos. “Para nosotros sería una gran irresponsabilidad”, subrayó.
Los familiares se resisten a creer que sus hijos estén muertos y han defendido que siguen secuestrados por policías corruptos que han huido.
El gobierno federal ha mantenido un despliegue de miles de policías y militares buscando a los jóvenes por tierra, agua y aire. En eso cerco fue encontrada una decena de fosas clandestinas en los alrededores de Iguala con 38 cadáveres de los cuales aún no se conocen sus identidades.
El fiscal elevó este viernes la cifra de detenidos de 59 a 74. El más buscado era el entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, quien fue capturado el martes junto a su esposa, con la que formaba una poderosa pareja que estaría a las órdenes de los Guerreros Unidos.
Abarca es acusado de ser el primero en ordenar a sus policías que reprimieran a los estudiantes porque pensaba que iban a sabotear un acto público de su esposa, de quien luego se conoció que era hermana de tres narcotraficantes.
Las desapariciones han causado la peor crisis de la presidencia de Peña Nieto (2012-2018), motivado multitudinarias manifestaciones en el país y reclamos desde el exterior, incluida la ONU y Estados Unidos.
En medio de una gran presión nacional, Peña Nieto acortó el jueves cuatro días de una gira por China y Australia en la que acudirá a cumbres internacionales y a la que tiene previsto partir el domingo.