El gobierno israelí ha decidido acelerar un plan de construcción de más de 1.000 viviendas en Jerusalén Este, donde manifestantes y policías se enfrentan a diario desde el miércoles, después de que un palestino matara a dos personas al arrollarlas con su vehículo.
Jóvenes palestinos y policías israelíes protagonizaron nuevos enfrentamientos, mientras que en el parlamento, el primer ministro Benjamin Netanyahu justificaba la decisión.
“Israel tiene todo el derecho de construir en los barrios judíos, es un consenso, todos los gobiernos lo han hecho y todos los palestinos han comprendido que esos barrios se quedarán bajo control israelí sea cual sea el acuerdo” entre ambas partes, advirtió.
Su homólogo palestino, Rami Hamdalá, acudió por su parte a la mezquita de Al Aqsa, sobre la explanada de las Mezquitas, para repetir las palabras del presidente palestino Mahmud Abas: “Jerusalén, Al Aqsa y los Lugares Santos musulmanes y cristianos son líneas rojas”.
“Aquí Israel es una potencia ocupante” dijo, mientras que grupos de palestinos gritaban “vamos a Al Aqsa, seremos millones de mártires”.
Además de la colonización, los rumores, desmentidos de nuevo por Netanyahu este lunes, de que Israel estaría preparando la autorización para que los judíos puedan rezar en la Explanada de las Mezquitas, soliviantan los ánimos.
Incidentes casi diarios
La guerra de Gaza, las represalias israelíes en forma de planes de expansión de las colonias están caldeando desde hace meses los ánimos.
Los palestinos enterraron bajo estricta vigilancia el domingo, y una gran tensión, a Abdelrahman Shalodi, al que Israel acusó de matar a un bebé y a una ecuatoriana de 21 años en “un atentado terrorista” el miércoles.
La policía abatió al palestino de 21 años, después de que embistiera con su coche a un grupo de personas en la parada de un tranvía. La familia de Shalodi asegura que fue un accidente.
Desde entonces, los disturbios que llevan meses sacudiendo Jerusalén Este se han intensificado. Miles de policías fueron enviados a los barrios palestinos para sofocar los disturbios.
Unas 20 personas resultaron heridas en los choques del domingo, según la Media Luna Roja palestina. La policía israelí anunció, por su parte, haber detenido a ocho personas.
El epicentro de los disturbios volvió a ser el barrio popular de Silwan, al pie de la ciudad vieja y de la Explanada de las Mezquitas. Unos 500 colonos israelíes viven en medio de 45.000 palestinos en este barrio de donde era originario Shalodi.
El entierro del palestino tuvo lugar sobre la medianoche en presencia de 50 personas autorizadas por Israel, mientras centenares de jóvenes esperaban cerca del cementerio de la Puerta de los Leones, en el monte de los Olivos, bajo la vigilancia de la policía, indicó un militante de una asociación de Silwan.
‘Arde Jerusalén’
Las más de 1.000 viviendas anunciadas se distribuirán en dos bloques, unas 400 en Har Homa y unas 600 en Ramat Shlomo, dos colonias judías de Jerusalén Este.
La organización israelí anticolonización “Paz Ahora” consideró que este anuncio no llegaba en un buen momento.
“Nunca hay un buen momento para hacer este tipo de cosas, pero este es todavía peor que los otros, mientras arde Jerusalén”, dijo a la AFP Lior Amihai, uno de sus portavoces.
“Este tipo de medidas unilaterales llevarán a un estallido”, dijo a la prensa Jibril Rajub, un alto cargo de Fatah, el partido del presidente palestino Mahmud Abas, en Ramala, Cisjordania.
La Unión Europea pidió “aclaraciones” a Israel sobre la decisión, que “si se confirma” echaría “serias dudas sobre el compromiso de Israel” con el proceso de paz, declaró la portavoz Maja Kojancic.