Los combatientes kurdos que defienden la ciudad siria de Kobane esperaban refuerzos este miércoles tras haber resistido un nuevo ataque de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), 30 yihadistas y 11 combatientes kurdos murieron en las últimas 24 horas, lo que ha llevado al EI a enviar refuerzos para paliar las pérdidas sufridas en Kobane.
Las fuerzas kurdas resisten desde hace un mes en esta ciudad símbolo de la resistencia al EI en el norte de Siria, ayudadas por la coalición dirigida por Estados Unidos, que efectuó cuatro bombardeos en las últimas 24 horas.
Según el Pentágono estadounidense, las fuerzas kurdas controlan la mayor parte de la ciudad, pero la situación es “delicada”. El portavoz aseguró que el EI “no ha avanzado en los últimos” en el terreno, aunque esto “puede cambiar”.
El EI trata de avanzar en el centro y en el norte de la ciudad, según el dirigente kurdo local Idris Nasen, que dio cuenta de que hubo “dos ataques suicida” el lunes por la noche.
Desde el pasado 16 de septiembre, los yihadistas tratan de asfixiar Kobane, de la que han huido más de 300.000 personas y han muerto 700, según el OSDH. Centenares de habitantes siguen atrapados todavía en ella.
- Armas y medicamentos de EEUU caen en manos yihadistas -
Las fuerzas kurdas de Kobane siguen a la espera de los refuerzos prometidos por el Kurdistán iraquí, tras la autorización de Turquía a que pasen por su territorio.
Pero según Nassen, hasta este martes, no había llegado ningún peshmerga (combatientes kurdos iraquíes) a la ciudad. “No tenemos noticias al respecto”, aseguró.
Turquía ha confirmado que ningún combatiente kurdo ha cruzado su frontera. “Los peshmergas tienen que cruzar entre Turquía y Kobane y este asunto tiene que ser discutido”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu.
En los alrededores de esta ciudad mártir, al menos una carga de armas y medicamentos lanzada por Estados Unidos destinada a los kurdos cayó en manos de los yihadistas, según el OSDH.
Pese a la gran atención que suscita Kobane, Washington ha dejado claro que Irak, donde los yihadistas han conquistado amplias zonas en las provincias del norte y el oeste de Bagdad, sigue siendo “su prioridad”.
El lunes, los yihadistas presionaron en el norte iraquí y atacaron la ciudad de Qara Tapah, controlada por los kurdos y situada a medio centenar de kilómetros de la frontera iraní. Unas 9.000 personas huyeron.
- Una mujer lapidada -
La coalición lanzó sus primeros bombardeos contra el EI en Irak el 8 de agosto, pero casi tres meses después, empiezan a mostrar sus limitaciones ante unos yihadistas imparables.
Responsables estadounidenses e iraquíes han reconocido que solo con los bombardeos aéreos no se puede ganar la guerra y han subrayado la necesidad de reforzar al ejército iraquí.
El nuevo ministro iraquí de Defensa, Jaled Al Obaidi, ha prometido investigar las carencias del ejército y pedir responsabilidades.
Los yihadistas “son una amenaza para la región y estos grupos terroristas tratan de crear la división entre sunitas y chiitas”, declaró el primer ministro iraquí Haidar al Abadi durante su visita a Irán, potencia chiita de la región.
“Estamos a su lado y defenderemos su gobierno, como lo hemos hecho con anterioridad”, dijo el guía supremo iraní, Alí Jamenei, cuyo país ha enviado armas y asesores militares a Irak, de mayoría chiita y vecino de Irán.
El EI ha vuelto a mostrar sus métodos sanguinarios. Una joven acusada de adulterio fue lapidada por su padre y por los yihadistas en el centro de Siria, según un vídeo divulgado en YouTube.
Por su parte, Ivan Simonovic, secretario general adjunto de Naciones Unidas, estimó a su regreso de una visita al norte de Irak, que las atrocidades perpetradas por los yihadistas durante los últimos cuatro meses pueden ser catalogadas como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
En el caso de la comunidad Yazidi, los asesinatos podrían ser calificados de intento de genocidio porque hay pruebas de una voluntad de exterminarlos si se niegan a convertirse, según él.
En Gran Bretaña, murió el padre del rehén británico, el fotoperiodista John Cantlie, el martes. Recientemente aparecía en un vídeo invocando desde su cama del hospital donde estaba internado por problemas de salud, la liberación de su hijo, secuestrado por el EI.