Este viernes, la Empresa Nacional de Petróleo entregó más detalles respecto al desastre ambiental producto del derrame de hidrocarburos ocurrido el pasado miércoles 24 de septiembre en la bahía de Quintero.
Si bien inicialmente que el derrame alcanzaba los 3.000 litros, los pescadores de la zona desmintieron la cifra y acusaron a la empresa de intentar minimizar la situación.
Al respecto el directorio de ENAP explicó los aspectos técnicos que gatillaron el accidente, atribuyéndolo a problemas de carácter mecánico y humano, detallando que fueron 22.000 litros de petróleo los vertidos durante la fallida operación -es decir, 22 metros cúbicos de hidrocarburo-.
Junto a ello, que los gastos que el derrame implicó un gasto de $4.000 millones para las tareas de limpieza.
La falla, según informó la empresa, se debe a que el remolcador del buque Mimosa que transportaba el crudo habría acelerado a una velocidad más rápida de lo que se debía. Dicho remolcador -”Puyehue”- no era el que en primera instancia se había solicitado para estos efectos, ya que previo a la operación se pidió reemplazarlo.
Desde ENAP explicaron que la cifra inicial de 3.000 litros fue entregada en base a una estimación preliminar, precisándose ahora con los resultados de un informe de una empresa estadounidense ABS Consulting.
El gerente de Asuntos Corporativos de ENAP, Gabriel Méndez, afirmó que desde la empresa se responsabiliza directamente al buque a cargo de la operación y al capitán del buque con bandera de las Islas Marshall recordando que el buque no es de su propiedad y tampoco fue contratado por esta entidad.
Agregó que la empresa realiza acciones por los perjuicios sufridos por ENAP y no descartan apoyar a los pescadores afectados.
Cabe recordar que ENAP presentó una protesta oficial ante la Autoridad Marítima en contra del armador del buque, correspondiente a una filial de la firma Ultranav, y al remolcador del mismo, que pertenece a la empresa Ultratag, ambas de propiedad del Grupo Von Appen.