Sinfónica de Chile se luce interpretando a Mozart y Mahler en Centro de las Artes 660

OSCH- Ceac U. de Chile
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La Orquesta Sinfónica de Chile tuvo un feliz retorno al escenario del Centro de las Artes 660/CA 660 para continuar este fin de semana con la Temporada Internacional 2014, bajo la batuta de su director titular, el reconocido músico ruso Leonid Grin, teniendo una nueva función este sábado 27 de septiembre a las 19:30 horas.

La agrupación orquestal de la Universidad de Chile, que ostenta la mayor trayectoria del país, ofreció un interesante programa que contempló el Concierto para Fagot de Wolfgang Amadeus Mozart, con el debut en Chile del virtuoso solista estonio radicado en Estados Unidos, Martin Kuuskmann, además de la Sinfonía N° 4 de Gustav Mahler, con la actuación de la soprano Claudia Pereira como solista en parte final.

El director orquestal, Leonid Grin manejó con gran soltura a sus dirigidos. Con mucha sobriedad y sapiencia, se acomodó a las exigencias de las partituras y guió a la orquesta y a ambos solistas, por el camino del buen gusto y la correcta expresión instrumental.

Respecto a las obras interpretadas por la Sinfónica, Grin afirmó que “Mozart y Mahler fueron compositores excepcionales, pero en un espectro musical opuesto, clasicismo y expresionismo respectivamente. Es obvio el contraste en la música de estos dos gigantes, pero ambos están conectados con algo mayor: amor profundo y preocupación por la gente. Pienso que la Cuarta Sinfonía de Mahler es un ejemplo muy elocuente de esto”.

El director titular también se refirió a la importancia del nuevo Teatro del Centro de las Artes 660, señalando que “es enorme, considerando que no hay buenas salas de concierto en la ciudad. Estoy seguro de que este recinto atraerá a muchos grandes artistas de todo el mundo para tocar en Santiago.”

En la misma línea aseguró que, por lo anterior, “en esta primera temporada 2014 hemos programado en este teatro junto a la Orquesta y Coro Sinfónico, algunos de nuestros mejores artistas, como los directores Roberto Paternostro, Doron Salomon, el fagotista Martin Kuuskmann, con música de grandes compositores como Mozart, Haydn, Mahler, Stravinsky, Shostakovich”.

“Es muy importante para nuestra orquesta, así como para cualquier orquesta del mundo, tocar en una sala diferente y para audiencias distintas, particularmente en una sala de primer nivel, como es el caso. Es de una mayor responsabilidad profesional y eleva la autoestima de los músicos y esto se expresó en un mejor nivel del concierto”, añadió.

Un joven talento del fagot

Grin destacó a Martin Kuuskmann, solista del Concierto para fagot de Mozart, como “uno de los mejores fagotistas del mundo en la actualidad y además es una persona maravillosa y encantadora. Escucharlo tocar con la Sinfónica de Chile ha sido una gran experiencia”.

En su primera visita a Chile, Martin Kuuksmann, interpretó junto a la Sinfónica, el único concierto para fagot que compuso Wolfgang Amadeus Mozart.

El joven y talentoso músico que nació en Estonia y estudió música en Estados Unidos, representa una fuerza imponente en la definición del fagot como instrumento solista de gran categoría. Su actuación en Chile con un sobresaliente y aplaudido desempeño, sirvió para comprobar todo lo que actualmente se ha señalado en los Estados Unidos, país en donde ha sido elogiado por el público y la crítica.

El New York Times califica su interpretación como “dinámica…increíble…apasionante…” y en 2007 fue nominado al Grammy por su grabación del Concierto para fagot de David Chesky. Frecuentemente es invitado para dar conferencias y dictar clases magistrales en los principales conservatorios y universidades del mundo.

Kuuksmann -quien se tituló en la Escuela de Música de Manhattan y en la Escuela de Música de la Universidad Yale- aborda un repertorio que se extiende desde Bach a Schumann y de Berio, Pärt, Jobim, a compositores contemporáneos influidos por el rock y la electrónica.

Además ha actuado como solista con la Filarmónica de Nueva York, con la Sinfónica Nacional de Estonia y la Nordic Symphony Orchestra, entre otras y en salas como el Carnegie Hall, Lincoln y el Kennedy Centers de Washington.

Esta vez, junto a la Sinfónica, Kuuksman destacó por la solidez de su interpretación y la estupenda conjunción que ofreció con los músicos, muy en especial con la familia de las cuerdas en pleno, en esta pieza completamente mozartiana, vivaz y alegre, sin baches melódicos en sus tres movimientos.

Mozart tenía solamente 18 años cuando compuso su único Concierto para fagot, en la tonalidad de Si bemol mayor. La primera parte enfrenta al solista a arduas exigencias como un agotador control de la respiración (“fiato”) para exponer frases de enorme extensión, con grandes saltos de intervalos, variada articulación e inclusión de adornos, trinos que requieren de un absoluto dominio técnico del instrumento.

De esta manera, se ha transformado en una pieza habitual del repertorio para fagot y figura en el repertorio de prácticamente todos los fagotistas profesionales de primer nivel.

“El Paraíso”, según Mahler

La segunda parte del concierto nos llevó a una de las varias obras maestras del compositor austríaco Gustav Mahler, cuya producción musical marca la cumbre de la evolución de la sinfonía romántica y quien condujo el estreno de su Cuarta Sinfonía en noviembre de 1901 en Munich.

Sin embargo, el origen de esta composición se remonta a diez años antes, cuando el autor europeo escribió “La vida celestial,” basada en una canción popular bávara que describe los placeres del cielo. Mahler retomó esta pieza y la convirtió en el cuarto y último movimiento de la sinfonía, muy conocido por el solo de soprano que representa a un niño y su visión ingenua e inocente del Paraíso.

Esta última parte de la obra tuvo como intérprete, a la reconocida soprano Claudia Pereira, quien la interpretó por segunda vez con la Orquesta Sinfónica de Chile, dándole un tono muy melódico y suave a su canto.

Ella misma comentó su actuación expresando que “he trabajado la obra pensando básicamente en el texto que describe ‘un ambiente muy tranquilo, bucólico, donde el niño va narrando su visión ingenua e inocente del cielo’ lo que posibilita que la interpretación permita distintos colores en la voz”.

Repetición del concierto

Este sábado 27 de septiembre, a las 19:30 horas, se reiterará este magistral concierto de la Orquesta Sinfónica de Chile en el Centro de las Artes 660/CA 660, ubicado en calle Rosario Norte 660, nivel -2, comuna de Las Condes (Metro Manquehue). Estacionamiento gratuito.

Los precios de las entradas van desde los $4.000 hasta los $20.000, las que pueden adquirirse a través de y en boletería del Centro de Extensión Artística y Cultural de la U. de Chile, CEAC, Plaza Italia (Metro Baquedano).

Para aquellos que sean del Club La Tercera, habrá un 20 % de descuento, y para abonados de la Orquesta Sinfónica de Chile, un 50% de descuento en tarifa Platea, a la venta en boletería del CEAC.

La Orquesta Sinfónica de Chile tuvo un feliz retorno al escenario del Centro de las Artes 660/CA 660 para continuar este fin de semana con la Temporada Internacional 2014, bajo la batuta de su director titular, el reconocido músico ruso Leonid Grin, teniendo una nueva función este sábado 27 de septiembre a las 19:30 horas.

La agrupación orquestal de la Universidad de Chile, que ostenta la mayor trayectoria del país, ofreció un interesante programa que contempló el Concierto para Fagot de Wolfgang Amadeus Mozart, con el debut en Chile del virtuoso solista estonio radicado en Estados Unidos, Martin Kuuskmann, además de la Sinfonía N° 4 de Gustav Mahler, con la actuación de la soprano Claudia Pereira como solista en parte final.

El director orquestal, Leonid Grin manejó con gran soltura a sus dirigidos. Con mucha sobriedad y sapiencia, se acomodó a las exigencias de las partituras y guió a la orquesta y a ambos solistas, por el camino del buen gusto y la correcta expresión instrumental.

Respecto a las obras interpretadas por la Sinfónica, Grin afirmó que “Mozart y Mahler fueron compositores excepcionales, pero en un espectro musical opuesto, clasicismo y expresionismo respectivamente. Es obvio el contraste en la música de estos dos gigantes, pero ambos están conectados con algo mayor: amor profundo y preocupación por la gente. Pienso que la Cuarta Sinfonía de Mahler es un ejemplo muy elocuente de esto”.

El director titular también se refirió a la importancia del nuevo Teatro del Centro de las Artes 660, señalando que “es enorme, considerando que no hay buenas salas de concierto en la ciudad. Estoy seguro de que este recinto atraerá a muchos grandes artistas de todo el mundo para tocar en Santiago.”

En la misma línea aseguró que, por lo anterior, “en esta primera temporada 2014 hemos programado en este teatro junto a la Orquesta y Coro Sinfónico, algunos de nuestros mejores artistas, como los directores Roberto Paternostro, Doron Salomon, el fagotista Martin Kuuskmann, con música de grandes compositores como Mozart, Haydn, Mahler, Stravinsky, Shostakovich”.

“Es muy importante para nuestra orquesta, así como para cualquier orquesta del mundo, tocar en una sala diferente y para audiencias distintas, particularmente en una sala de primer nivel, como es el caso. Es de una mayor responsabilidad profesional y eleva la autoestima de los músicos y esto se expresó en un mejor nivel del concierto”, añadió.

Un joven talento del fagot

Grin destacó a Martin Kuuskmann, solista del Concierto para fagot de Mozart, como “uno de los mejores fagotistas del mundo en la actualidad y además es una persona maravillosa y encantadora. Escucharlo tocar con la Sinfónica de Chile ha sido una gran experiencia”.

En su primera visita a Chile, Martin Kuuksmann, interpretó junto a la Sinfónica, el único concierto para fagot que compuso Wolfgang Amadeus Mozart.

El joven y talentoso músico que nació en Estonia y estudió música en Estados Unidos, representa una fuerza imponente en la definición del fagot como instrumento solista de gran categoría. Su actuación en Chile con un sobresaliente y aplaudido desempeño, sirvió para comprobar todo lo que actualmente se ha señalado en los Estados Unidos, país en donde ha sido elogiado por el público y la crítica.

El New York Times califica su interpretación como “dinámica…increíble…apasionante…” y en 2007 fue nominado al Grammy por su grabación del Concierto para fagot de David Chesky. Frecuentemente es invitado para dar conferencias y dictar clases magistrales en los principales conservatorios y universidades del mundo.

Kuuksmann -quien se tituló en la Escuela de Música de Manhattan y en la Escuela de Música de la Universidad Yale- aborda un repertorio que se extiende desde Bach a Schumann y de Berio, Pärt, Jobim, a compositores contemporáneos influidos por el rock y la electrónica.

Además ha actuado como solista con la Filarmónica de Nueva York, con la Sinfónica Nacional de Estonia y la Nordic Symphony Orchestra, entre otras y en salas como el Carnegie Hall, Lincoln y el Kennedy Centers de Washington.

Esta vez, junto a la Sinfónica, Kuuksman destacó por la solidez de su interpretación y la estupenda conjunción que ofreció con los músicos, muy en especial con la familia de las cuerdas en pleno, en esta pieza completamente mozartiana, vivaz y alegre, sin baches melódicos en sus tres movimientos.

Mozart tenía solamente 18 años cuando compuso su único Concierto para fagot, en la tonalidad de Si bemol mayor. La primera parte enfrenta al solista a arduas exigencias como un agotador control de la respiración (“fiato”) para exponer frases de enorme extensión, con grandes saltos de intervalos, variada articulación e inclusión de adornos, trinos que requieren de un absoluto dominio técnico del instrumento.

De esta manera, se ha transformado en una pieza habitual del repertorio para fagot y figura en el repertorio de prácticamente todos los fagotistas profesionales de primer nivel.

“El Paraíso”, según Mahler

La segunda parte del concierto nos llevó a una de las varias obras maestras del compositor austríaco Gustav Mahler, cuya producción musical marca la cumbre de la evolución de la sinfonía romántica y quien condujo el estreno de su Cuarta Sinfonía en noviembre de 1901 en Munich.

Sin embargo, el origen de esta composición se remonta a diez años antes, cuando el autor europeo escribió “La vida celestial,” basada en una canción popular bávara que describe los placeres del cielo. Mahler retomó esta pieza y la convirtió en el cuarto y último movimiento de la sinfonía, muy conocido por el solo de soprano que representa a un niño y su visión ingenua e inocente del Paraíso.

Esta última parte de la obra tuvo como intérprete, a la reconocida soprano Claudia Pereira, quien la interpretó por segunda vez con la Orquesta Sinfónica de Chile, dándole un tono muy melódico y suave a su canto.

Ella misma comentó su actuación expresando que “he trabajado la obra pensando básicamente en el texto que describe ‘un ambiente muy tranquilo, bucólico, donde el niño va narrando su visión ingenua e inocente del cielo’ lo que posibilita que la interpretación permita distintos colores en la voz”.

Repetición del concierto

Este sábado 27 de septiembre, a las 19:30 horas, se reiterará este magistral concierto de la Orquesta Sinfónica de Chile en el Centro de las Artes 660/CA 660, ubicado en calle Rosario Norte 660, nivel -2, comuna de Las Condes (Metro Manquehue). Estacionamiento gratuito.

Los precios de las entradas van desde los $4.000 hasta los $20.000, las que pueden adquirirse a través de y en boletería del Centro de Extensión Artística y Cultural de la U. de Chile, CEAC, Plaza Italia (Metro Baquedano).

Para aquellos que sean del Club La Tercera, habrá un 20 % de descuento, y para abonados de la Orquesta Sinfónica de Chile, un 50% de descuento en tarifa Platea, a la venta en boletería del CEAC.