“¿Debería Escocia ser un país independiente? Sí o No”. A ese breve pero profundo cuestionamiento se verán sometidos alrededor de 4,3 millones de escoceses que este 18 de septiembre responderán al referéndum por la autonomía de la nación, hasta ahora, constituyente del Reino Unido.
Según las últimas encuestas, los resultados, que se conocerían definitivamente ya adentrados en la jornada del 19, serán estrechos y darían cuenta de una leve ventaja para la opción “Yes” en la previa, luego de mucho tiempo de primacía de la intención de voto negativo.
Esta situación ha alertado a Londres, sede de la administración del Reino Unido, que ve en la eventual salida de Escocia una importante merma económica, estratégica y territorial. Ello sin contar la derrota política que supondría para el mando conservador ver cómo pasa a la historia en su administración el fin del vínculo de la isla de Gran Bretaña (que con centra a Escocia, Inglaterra y Gales).
Ya lo advertía David Cameron, primer ministro del Reino Unido, en la antesala de su viaje a la ciudad escocesa de Aberdeen, capital petrolera del Mar del Norte: “La independencia sería irreversible y perjudicaría al bolsillo de los escoceses”, frente a lo que los independentistas ya han replicado acusando campaña del terror y recursos de último minuto.
No obstante, en lo que respecta a los cambios que el Reino Unido podría experimentar si Escocia vota su independencia, uno no menor se ha sumado al debate dentro de Inglaterra y las demás naciones miembros de la comunidad, y tiene que ver con el pabellón nacional.
¿Cambiaría la bandera del Reino Unido?
Conocida popularmente como Union Jack, la bandera del Reino Unido (no de Gran Bretaña ni de Inglaterra, como se suele confundir), es uno de los íconos internacionales más reconocidos. Símbolo colonial, monárquico y hasta artístico-musical, podría sufrir una notable modificación.
Actualmente, la bandera del Reino Unido responde a la superposición de las cruces de los santos patronos de Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte (Gales no figura en la bandera puesto que se encontraba unida a Inglaterra cuando se confeccionó).
Es así como el fondo azul y la ‘equis’ blanca corresponden a Escocia (cruz de san Andrés), la cruz roja del centro con contornos blancos a Inglaterra (cruz de san Jorge) y el aspa roja sobre el trazo escocés blanco a Irlanda del Norte (cruz de san Patricio).
Entonces, si Escocia se retira del Reino Unido, el color azul y una de las cruces del estandarte también tendrían que hacerlo.
Nuevos modelos
Según informa 20Minutos.es, The Flag Institute, la institución encargada de regular los detalles relativos al registro de las banderas, ya se encuentra recibiendo propuestas para la posible creación de una nueva en caso de que Escocia deje la unidad.
Algunas opciones que han despertado la especulación de instituciones y habitantes del territorio en cuestión, son las siguientes:
1. Unión Jack con fondo negro
Aprovechando la circunstancia de que Gales no se ve representado en la bandera, y con afanes de evitar una variación tan sustantiva del pabellón, ha sido propuesta la sustitución del fondo azul por el negro, en alusión a la bandera de san David de Gales (negra con una cruz amarilla).
2. Unión Jack con fondo verde
Similar al caso anterior, pero el guiño a Gales, en reemplazo del espacio destinado a Escocia, vendría de la mano de un notorio giro hacia el verde, uno de los colores que priman en la bandera oficial galesa.
3. El ‘dragón’
Un diseño que rompería por completo con la Unión Jack pero que involucraría a todo el pueblo anglosajón. ¿El problema? Podría no ser representativo para los ciudadanos carentes de tal ascendencia.
4. La ‘Commonwealth’
Esta opción vendría a ser el ‘saludo’ a las naciones que comparten un vínculo común con el Reino Unido. Además, las estrellas darían cuenta de las diferentes regiones constituyentes del país, lo que flexibilizaría cambios futuros en su número.