Un día después que el Senado despachara el proyecto de Reforma Tributaria, el ministro de Hacienda Alberto Arenas llegó hasta la presidencia de la Cámara de Diputados para reunirse con los jefes de bancada y el presidente de la Corporación para notificarles que el gobierno pretende tener totalmente despachado desde el Congreso esta iniciativa en la primera quincena de septiembre.
Sin embargo, desde la Alianza y la Nueva Mayoría emitieron señales al jefe de las finanzas públicas en orden a que en la Cámara de Diputados el trámite podría no ser tan expedito como en el Senado.
El diputado de Renovación Nacional, José Manuel Edwards, señaló que su bancada pretende obligar a que el proyecto pase a comisión mixta.
En un tono similar, el DC Pablo Lorenzini manifestó su disconformidad con el proyecto que despachó el Senado y aseguró que Arenas cedió a las presiones de la banca para modificar la iniciativa.
El jefe de bancada de la DC, Matías Walker salió al paso de las declaraciones de Lorenzini y señaló que este es un proyecto demasiado importante como para darse gustos políticos.
El Ejecutivo pretende tener promulgado el proyecto a fines de septiembre próximo, para asegurar de esta forma al menos dos mil millones de dólares adicionales en el presupuesto fiscal de 2015.