Tras la reunión mensual de política monetaria, el Banco Central acordó reducir la tasa de interés en 25 puntos base a 3,5% anual.
Según el Consejo de la entidad bancaria, esto se debe a que “los antecedentes recientes confirman las perspectivas de recuperación de Estados Unidos, a la vez que el crecimiento de la Eurozona ha perdido fuerza (…) Las condiciones financieras externas continúan favorables, pero han mostrado cierto deterioro en las últimas semanas. Los precios de las materias primas han disminuido, incluyendo los del cobre y combustibles”.
Así, establecieron que “los antecedentes de la economía local muestran que el ritmo de expansión de la actividad y la demanda se ha reducido con mayor intensidad a lo previsto. A la caída de la inversión se ha sumado una desaceleración más marcada del consumo privado”.
“Si bien se observan señales de menor dinamismo del mercado laboral, la tasa de desempleo se mantiene baja. La inflación llegó en julio a 4,5% anual. El crecimiento en doce meses de los salarios nominales aumentó. Las expectativas de inflación de mediano plazo se mantienen en torno a 3%”, acotaron.
Además de esta baja en la tasa de interés, la institución informó que evaluarán “la posibilidad de introducir recortes adicionales de la TPM, de acuerdo a la evolución de las condiciones macroeconómicas internas y externas, y sus implicancias para las perspectivas inflacionarias”.