El Consejo de Derechos Humanos de la ONU abrió el miércoles una investigación sobre la ofensiva militar israelí en Gaza, que en poco más de dos semanas ha costado la vida a más de 670 palestinos.
El Consejo, que cuenta con 47 miembros, adoptó una resolución que prevé esta investigación con 29 votos a favor (países árabes y musulmanes, latinoamericanos y africanos, así como Rusia y China). Estados Unidos votó en contra y los países europeos junto a Japón se abstuvieron.
“Trabajamos intensamente para lograr una suspensión inmediata de las hostilidades, pero esta resolución no nos va a ayudar”, declaró el representante estadounidense ante el Consejo, Keith Harper. “Esta resolución no es constructiva, sino destructiva”, estimó.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, había pedido previamente una investigación sobre posibles crímenes de guerra israelíes en Gaza, al tiempo que denunció ataques “indiscriminados” del movimiento islamista palestino Hamas contra zonas civiles de Israel.
La resolución adoptada por el Consejo tras casi siete horas de debates afirma que “la última ofensiva militar de Israel en la franja de Gaza (…) ha ocasionado ataques sin discriminación y desproporcionados (…) que pueden constituir crímenes internacionales”.
El texto pide que “se envíe con urgencia una comisión de investigación independiente internacional” para que, entre otras cosas, establezca una lista de las “violaciones y crímenes perpetrados” e identifique a los “responsables”, con el fin de “terminar con la impunidad”.
También pide que se ponga a los palestinos bajo “protección internacional inmediata” y llama a una “suspensión inmediata de los ataques militares israelíes”, así como a “terminar con los ataques contra los civiles, incluyendo a los civiles israelíes”.
El Estado de Israel calificó la decisión del Consejo de “parodia”. “El Consejo tendría que abrir una investigación sobre la decisión de Hamas de transformar los hospitales en centros de comando militares, usar escuelas como depósitos de armas y poner baterías de misiles al lado de (…) casas particulares y mezquitas”, indicó la oficina del primer ministro israelí.
Durante las discusiones en el Consejo, Estados Unidos y los países europeos insistieron en la necesidad de instaurar un alto el fuego y de reiniciar las negociaciones entre Israel y la Autoridad Palestina. Rusia también preconizó un cese de las hostilidades.
El representante israelí ante el Consejo, Eviatar Manor -quien tenía voz pero no voto, ya que su país no es actualmente miembro del Consejo- acusó a Hamas de cometer “crímenes de guerra cuando dispara cohetes y misiles” contra civiles o “construye túneles para atacar aldeas”.
Manor afirmó que “Hamas carga con toda la responsabilidad de las víctimas gazatíes” y que el texto de la resolución presentado por Palestina era “totalmente desequilibrado” y no hacía más que “echar leña al fuego”.
Por su parte, el ministro palestino de Relaciones Exteriores, Riad Malki, acusó a Israel de estar cometiendo “crímenes contra la Humanidad”.
“Israel está cometiendo crímenes abyectos. Israel destruye completamente barrios residenciales [...] Es un crimen contra la Humanidad [...] apunta desde hace 16 días a los niños, mujeres, ancianos y los priva de su derecho a la vida con bombardeos. Hay una incursión terrestre [...] y esto va a traer consigo crímenes contra civiles palestinos”, añadió.