El gobernador de Yakarta y amante de la música metal, Joko Widodo ganó las presidenciales de Indonesia, principal economía del sudeste asiático, con alrededor del 53,15% de los votos, según el cómputo final de la comisión electoral citado este martes por la prensa local.

El nuevo mandatario se ha declarado desde sus inicios en la política como un verdadero fan de grupos como Metallica, Napalm Death y Led Zeppelin. Durante la campaña presidencial, Widodo no dejaba de asistir a los conciertos de sus bandas favoritas.

Incluso el bajista de Metallica, Rob Trujillo, le regaló un bajo firmado, pero el político tuvo que entregarlo a la Comisión de Erradicación de la Corrupción de Indonesia, para evitar un problema de conflicto de intereses, ya que los cargos públicos indonesios están obligados a informar sobre la recepción de regalos a la entidad.

Estrecha elección

El rival de Wododo, el polémico ex general Prabowo Subianto, obtuvo el 46,85% de los sufragios, según estos resultados que aún deben ser anunciados formalmente por la comisión electoral.

Sin embargo, Prabowo acusó a su rival de “fraudes masivos, estructurados y sistemáticos”, señaló y agregó “Vamos a utilizar nuestro derecho constitucional para rechazar las elecciones presidenciales de 2014 que no son válidas jurídicamente y nos retiramos del proceso en curso”, explicó en una declaración en la que parecía admitir la derrota.

Joko Widodo, apodado Jokowi, y Prabowo Subianto habían cantado victoria tras el cierre de los colegios electorales, exacerbando la tensión entre múltiples acusaciones de fraudes.


El reformista Jokowi

La elección de Jokowi, un antiguo vendedor de muebles de familia humilde y sin vínculo alguno con el régimen autocrático del pasado, marca el advenimiento de una nueva generación de políticos en el mayor país musulmán del mundo, con casi 250 millones de habitantes.

De 53 años, Jokowi se propone proseguir con las reformas democráticas de la era posterior a la dictadura de Suharto (1967-1998).

En el plano económico, los inversionistas esperaban una victoria de Jokowi, frente a un muy nacionalista Prabowo, inquietante para muchos actores de los mercados.

Jokowi es considerado como un dirigente honesto que no ha estado involucrado en ningún asunto judicial, contrariamente a muchos otros hombres políticos de ese país, uno de los más corrompidos del mundo.

La victoria del candidato, popular en particular entre los jóvenes tanto en el medio urbano como rural, fue recibida con entusiasmo, en particular en las redes sociales.

“¡Indonesia será una mejor nación bajo Jokowi, que Dios lo bendiga!”, escribió Twitter Prettyinpink69.

Luego de las elecciones del 9 de julio, las tensiones se exacerbaron a causa de múltiples acusaciones de fraudes y de trampas que se hicieron mutuamente los candidatos.

Esta elección es la más polarizada desde la transición democrática del archipiélago que siguió a la caída del dictador Suharto en 1998, marcada por actos violentos que causaron decenas de muertos.

La llegada de Jokowi, que sucederá en octubre al jefe de Estado saliente y ex general Susilo Bambang Yudhoyono, constituye “un enorme paso adelante” para la joven democracia indonesia, declaró a la AFP el analista Paul Rowland.

“Aplicará una concepción de la gestión muy diferente y también es la primera persona que pasa de un gobierno de nivel regional a la presidencia”, agregó Rowland.

Por el contrario, Prabowo Subianto es un ex yerno de Suharto que reconoció haber secuestrado militantes pro democráticos al final de la era de su suegro Suharto. Luego de enriquecerse al dedicarse a los negocios, el ex militar de 62 años consideró recientemente que la democracia, tal como se conoce en Occidente, no “está adaptada a Indonesia”.

Desde su llegada a la presidencia en octubre, Jokowi tendrá que emprender reformas impopulares como la mejoría de la débil productividad de la mano de obra o la reducción de costosas subvenciones acordadas a la gasolina -su precio es uno de los más bajos de la región-, para relanzar una economía cuyo ritmo de crecimiento es de alrededor de 6% desde hace una década y que ha bajado levemente desde hace un año.