Manifestantes organizados jerárquicamente planeaban una “acción guerrillera” para las protestas durante la final de la Copa del Mundo en Brasil, con el uso de artefactos explosivos, según un informe policial publicado este lunes por el diario O Globo.
De acuerdo con la Policía Civil el grupo de manifestantes, a los que se ordenó detener el viernes anterior, tiene una “jerarquía rígida” con comisiones dedicadas a planear ataques, confección y distribución de bombas, cócteles molotov y artefactos punzantes para herir a policías y perforar neumáticos de patrulleros.
La investigación policial comenzó en septiembre del año pasado e incluyó la intervención de correos electrónicos y llamadas telefónicas. Para el día de la final de la Copa del Mundo en el Maracaná de Rio de Janeiro, se había programado una “acción guerrillera” con el uso de artefactos explosivos.
La investigación apunta a Eliza Quadros Pinto Sanzi, conocida como ‘Sininho’, como líder de la organización, según O Globo. Para evitar ser detectados y detenidos, los manifestantes dejaban los explosivos en bolsas en los alrededores del lugar donde iba a realizarse la protesta, y no los llevaban consigo.
La estrategia fue revelada por algunos ex participantes de las manifestaciones, que discrepaban con la violencia de las protestas y las tácticas de los llamados Black Bloc, responsabilizados por actos vandálicos, precisa el informe.
Según la policía, el primer nivel de la organización era liderado por ‘Sininho’. En el segundo escalón estaba la comisión de organización, que evaluaba los trayectos de la manifestación, confeccionaba el material explosivo y establecía contacto con otras organizaciones. Finalmente, en el tercer nivel estaba la línea de frente, conformada principalmente por Black Blocs.
Uruguay niega asilo
La justicia de Rio de Janeiro ordenó el viernes la prisión de 23 personas por “practicar actos violentos” durante las protestas contra el Mundial, incluidos los que ya habían sido detenidos antes de la final y estaban siendo liberados por un habeas corpus. De estos, cinco están presos y 18 están considerados prófugos.
Una de ellas, Eloísa Samy, una abogada que asesoraba a los manifestantes, fue con otros dos jóvenes a pedir asilo en el consulado de Uruguay en Rio de Janeiro, que les fue negado poco después. Las tres personas abandonaron ya la representación diplomática que, consultada por la AFP, no confirmó el pedido de asilo.
La diputada Janira Rocha, que acompañó a Samy en la reunión con las autoridades consulares, dijo a medios de prensa brasileños que el gobierno uruguayo no encontró razones para otorgar un asilo. Además de que técnicamente no existe la figura de asilo consular, indicó el sitio G1 de Globo.
La embajada les solicitó que abandonaran el consulado. Según la diputada, salieron del edificio por la puerta principal, abogados colegas indicaron que aún estaban en el edificio.
Aún no fueron capturados por la policía, indicó G1.
“Ella dice que se le han cercenado tres derechos humanos, el de juicio justo, presunción de inocencia y libertad”, dijo al sitio UOL el abogado Rodrigo Mondego, que conversó con Samy cuando aún estaba dentro del consulado.
Manifestantes se han pronunciado recientemente a favor de la liberación de los miembros de este grupo, y han denunciado violencia policial.
Una ola sin precedentes de manifestaciones sacudió Brasil durante la Copa Confederaciones-2013, contra el coste del Mundial a los contribuyentes brasileños, estimado en unos 11.000 millones de dólares, y en demanda de mejoras en transporte, salud y educación.
Sin embargo, durante la Copa del Mundo, el número y la intensidad de las manifestaciones se redujo considerablemente.