Un enfrentamiento entre militares y delincuentes registrado este lunes en el Estado de México (centro) dejó un saldo de 22 muertos, informó la secretaría de la Defensa (Sedena) en un comunicado.
“Resultaron 22 presuntos agresores muertos (21 hombres y una mujer)”, indicó la Sedena, que añadió que la confrontación, en el que resultó herido un soldado, se desató cuando militares que realizaban una patrulla de rutina localizaron una bodega (almacén) custodiada “por personas armadas”.
La prensa mexicana ha indicado que la bodega era en realidad un laboratorio clandestino de fabricación de drogas sintéticas perteneciente al cartel La Familia Michoacana, una versión que no fue comentada por la Sedena en su comunicado.
Los militares realizaban una patrulla de rutina en el municipio de Tlatlaya, del Estado de México, 240 km al suroeste de la capital mexicana, cuando localizaron la bodega “que se encontraba custodiada por personas armadas, mismas que al percatarse de la presencia de las tropas abrieron fuego, por lo que el personal castrense repelió dicha agresión”, añadió el comunicado.
En el operativo fueron detenidas además tres mujeres que “manifestaron estar secuestradas” por el comando armado, y también se decomisaron “25 armas largas”, entre éstas 16 fusiles de asalto AK-47 y 6 fusiles AR-15, así como una granada de fragmentación, detalló la Sedena.
La secretaría de la Defensa Nacional no indicó a qué grupo delincuencial pertenecían los pistoleros abatidos.
“La balacera habría ocurrido luego de un recorrido de personal del Ejército por la zona, en donde fueron interceptados por miembros de la organización criminal La Familia”, indicó el diario Reforma citando fuentes anónimas militares y de la secretaría de Seguridad del Estado de México.
La intensidad de la violencia que afecta al país derivada del narcotráfico “poco a poco ha comenzado a desplazarse a los alrededores de la capital” evidenciando que es falso que en Ciudad de México no operen poderosos carteles, como ha insistido en “negarlo sin necesidad” el alcalde Miguel Ángel Mancera, comentó a la AFP, Javier Oliva, experto de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Fuertes golpes al narcotráfico en Michoacán y su vecino Guerrero ha provocado “un efecto cucaracha” -desplazamientos de grupos criminales ante los golpes a capos- en el Estado de México, expuso Oliva.
Recientemente Mancera solicitó cooperación del Ejército, la Marina Armada y la policía federal para vigilar la periferia de la capital, aunque sostuvo que era sólo para “abonar a la seguridad” del lugar.
Esas dependencias vigilan el ingreso diario de vehículos en retenes instalados en puntos claves de la frontera de la capital con el Estado de México para evitar el ingreso de armas y drogas.
Más de 80.000 personas han muerto en todo el país desde diciembre de 2006, cuando el gobierno militarizó la lucha contra las drogas, en enfrentamientos entre narcotraficantes y de éstos con fuerzas de seguridad, de acuerdo con datos oficiales.