Unos pesticidas entre los más utilizados en el mundo tienen efectos nefastos sobre la biodiversidad que no se limitan a las abejas, sino que perjudican también a mariposas, gusanos, pájaros y peces, según una evaluación científica internacional presentada el martes.
Después de haber examinado las conclusiones de unos 800 estudios publicados desde hace unos veinte años, los autores de esta evaluación piden “endurecer todavía más la reglamentación sobre los neonicotinoides y el fipronil”, los dos tipos de sustancias químicas estudiadas, y de “empezar a planificar su progresiva supresión a escala mundial o, al menos, formular planes destinados a reducir fuertemente su uso en el mundo”.
“Las pruebas son muy claras. Estamos ante una amenaza que pesa sobre la productividad de nuestro medio natural y agrícola”, indica en un comunicado el Dr Jean-Marc Bonmatin (CNRS), uno de los principales autores de este análisis llevado a cabo en los cuatro últimos años.
La evaluación la llevó un panel de 29 investigadores internacionales en el marco de un grupo de trabajo especializado en pesticidas sistémicos (concebidos para ser absorbidos por las plantas). Este grupo aconseja entre otros a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el organismo que vigila la salud de la biodiversidad mundial a través de su “lista roja” de especies amenazadas.
Las conclusiones se publican en ocho artículos durante el verano en la revista Environmental Science and Pollution Research, precisa este grupo de trabajo.
Los pesticidas estudiados son “los más utilizados hoy en el mundo, con una cuota de mercado estimada en unos 40%” y también “se usan comúnmente en los tratamientos domésticos para la prevención de las pulgas en los gatos y los perros y en la lucha contra los termes en las estructuras de madera”.
Los efectos vinculados a la exposición de pesticidas “pueden ser inmediatos y nefastos, aunque también crónicos”, subrayan los investigadores. Los efectos son diversos, como la pérdida de olfato o de memoria, una pérdida de fecundidad, una disminución del aporte alimentario, abejas que liban menores cantidades o una capacidad alterada de los gusanos a cavar túneles.
Estos pesticidas llevan años siendo denunciados como una de las causas que explican el declive de las poblaciones de abejas. La Unión Europea ya suspendió en 2013 el uso del fipronil y de tres neonicotinoides debido a sus efectos en los polinizadores.