Los insurgentes suníes consolidaban sus posiciones en el oeste de Irak en la frontera con Siria, al mismo tiempo que el secretario de Estado norteamericano John Kerry, de visita en la región, pidió a los dirigentes que superen las diferencias sectarias.
Al comenzar su gira por Oriente Medio y Europa, Kerry realizó una parada en Egipto donde aseguró que no le corresponde a su país escoger a los líderes de Irak y que Washington no es “responsable” de la crisis en ese país.
Aunque no reclamó formalmente la renuncia del jefe de Gobierno iraquí, Nuri al-Maliki, Estados Unidos, que lideró en 2003 la invasión que derrocó a Sadam Husein, no oculta su desaprobación del primer ministro chíita, acusado de haber intensificado las divisiones entre confesiones religiosas.
Los yihadistas del “Estado Islámico en Irak y en Levante (EIIL) tienen una ideología violenta y represiva. No solo es una amenaza para Irak sino también para toda la región (…). Estamos en un momento crítico y debemos pedir a los dirigentes iraquíes que superen sus diferencias confesionales”, dijo Kerry.
“Estados Unidos no pretende elegir a nadie. Es el pueblo iraquí el que tiene que elegir a sus dirigentes”, señaló y añadió que su país “no es responsable” de que Irak esté ahora al borde del caos.
Sobre el terreno, los insurgentes sunitas y los yihadistas EIIL tomaron tres ciudades de la provincia occidental de Al Anbar (de Al Qaim, de Rawa y de Aana) y el ejército informó el domingo que se había tenido que retirar por razones “tácticas” para “redesplegarse”. Sin embargo, según varios testigos, los insurgentes habían tomado una de las ciudades y su puesto fronterizo con Siria desde el sábado.
Estas ciudades están cerca de la carretera que une Siria con la provincia iraquí de Al Anbar, en la que los insurgentes ya tomaron en enero Faluya, a 60 km al oeste de Bagdad, y de sectores de Ramadi, la capital de la provincia.
Desde el principio de su ofensiva el 9 de junio, los insurgentes han tomado Mosul, la segunda ciudad más grande del país, gran parte de la provincia en la que se encuentra, Nínive (norte), de Tikrit y sectores de las provincias de Saladino (norte), Diyala (este) y Kirkuk (norte). Ahora siguen avanzando hacia el oeste y la toma del puesto fronterizo de Al Qaim es una importante victoria para ellos.
Solo existen otros dos puntos de acceso oficiales en los 600 km de la porosa frontera entre Irak y Siria. Uno de ellos controlado por el ejército y el otro por las fuerzas kurdas. Gran parte del resto de la frontera escapa al control de los gobiernos tanto sirio como iraquí.
Los yihadistas del EIIL, que pretenden crear un estado islámico en una zona situada entre los dos países, también están implicados en la guerra de Siria.
El domingo por la mañana la televisión pública iraquí afirmó que se había realizado un ataque aéreo contra un grupo de insurgentes en Tikrit (norte) en el que habían matado 40 de ellos, sin embargo testigos de los hechos dijeron a la AFP que en este ataque contra una estación de servicios del centro de la ciudad habían muerto siete personas más.
Los testigos no precisaron si las víctimas eran combatientes o civiles.
Al este de Tikrit, los rebeldes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad apoyadas por las tribus pro gubernamentales y mataron a un consejero del gobernador provincial.
Los líderes religiosos chiitas de Irak pidieron voluntarios para tomar las armas contra el avance del EIIL, que ha proclamado su intención de entrar en Bagdad y en las ciudades santas de Kerbala y Najaf, al sur de la capital.
En las ciudades del barrio de mayoría chiita Sadr City de Bagdad, miles de voluntarios han contestado al poderoso Moqtada Sadr y realizaron el sábado un desfile uniformados y portando sus armas.