En un mundo dominado por “lo visual” hablar de cómics ya no solo es comentar sobre un hobbie, sino de una ilustración que puede cambiar la forma en que vemos la vida.
Sus inicios históricos son más bien debatibles. Su éxito, irrefutable. Expertos como el editor español Pedro Porcel apuestan a que su estreno se remonta a la era de Gutenberg y la imprenta, en 1446.
Otros, insisten en que el surgimiento se apoya en la prensa de la mano de reconocidas revistas como “Le Caricature” o “Punch”, esta última de origen británico y reconocida como la gran impulsora del denominado noveno arte.
Todas son obras con un amplio sentido sociológico y cultural que maravilla a sus lectores, quienes vibran de regocijo ante un trabajo acabado y que está muy lejos de desaparecer.
Así al menos lo concibe Fernando Venegas. Periodista, profesor de la Universidad de Concepción y uno de los fundadores del sitio especializado Los Eternautas.
Su primer disparo es certero: “Toda mi vida he leído cómics, pero los conozco desde antes de saber leer”, admite con orgullo. Venegas, asegura que “los gringos” tienen una especie de duopolio en lo que a historietas se refiere: DC y Marvel.
En Chile, la situación es un poco distinta aunque no existe mucha variedad para elegir y estamos bastante atrasados en comparación a otros países.
Venegas asegura que en un viaje Estados Unidos, se encontró con un local con títulos que no tenía siquiera idea que existían. “Yo sé mucho de cómics, pero ver eso me deprimió, porque te das cuenta que realmente lo que conoces es la nada misma”, indicó.
A continuación te mostramos algunos de los cómics chilenos más memorables.
1. Federico Van Pilsener
Considerado el primer personaje de cómic chileno, Van Pilsener aparece por primera vez en 1906 en una revista semanal a cargo de la editorial Zig – Zag.
Su autor, Pedro Subercaseux (o Lustig), creó a un profesor alemán, algo subido de peso y acompañado de su fiel perro salchicha, cuyo nombre es prácticamente impronunciable: Dudelsackpfeifergeselle.
Venegas tilda a Van Pilsener como todo un hito en la cultura chilena. No obstante, la ilusión de ver a ese simpático hombre y su mascota terminaría un año después, un 9 de junio de 1907.
2. El Peneca
Otro golpe de Zig – Zag. Esta publicación correspondía a un “semanario para niños”, que vio la luz en 1908 del puño de Enrique Blanchard-Chessi. Su contenido era educativo y de un alto valor cultural y estuvo caracterizado por incluir a sus lectores en la creación de sus artículos.
1952 sería el año en que esa luz se apagaría. “El Peneca” disminuyó en calidad y la invasión de revistas estadounidenses terminó por hundir un barco que ya estaba bastante descompuesto.
3. Topaze
Una sátira política por excelencia. Lanzada el 12 de agosto de 1931, esta revista estuvo a cargo del cerebro dibujante de Jorge Délano Frederick (conocido como Coke) y las manos del periodista argentino Joaquín Blaya y el escritor Jorge Sanhueza.
Sus inicios se transportan a la crisis económica y política de 1929. Esta tira de caricaturas se atreve, en ese entonces, a retratar a un Chile abatido por la pobreza y la renuncia de su presidente Carlos Ibañez y el arribo al poder de Jorge Alessandri.
Competidores serios tuvo apenas dos: Verdejo y Cambiazo. Ambas publicaciones sin mayor éxito. Seducir como lo hacía Topaze, con esa mirada ácida y cercana a la gente que hablaba de lo infame que puede ser el mundo de nuestras autoridades, no era una tarea sencilla.
4. El siniestro Doctor Mortis
El lado artístico del gran Juan Marino Cabello traspasó varias barreas y formatos. El Doctor Mortis fue llevado a la radio, la televisión, la literatura pero también al cómic, desde 1940.
¿Quién o qué era Mortis? Un demonio o el propio Satanás, son las opciones más probables de los auditores de Radio Portales de Santiago, emisora pionera en traer al temido doctor a los oídos de los chilenos.
Su risa diabólica, su voz grave y sus pensamientos oscuros, hacían pensar a la audiencia que lo que estaba tras ese micrófono era el mismísimo Lucifer.
Durante el 2011, y gracias a Arcano IV Producciones, el mito de esta figura del mal y la muerte caló hondo en los chilenos. Ese año arribaría “Mortis, el Eterno Retorno”, una evolución del personaje ficticio a cargo de Miguel Ferrada e Ítalo Ahumada.
5. Condorito
Aquí los elogios sobran. Y es que este no sólo es uno de los cómics más longevos y presentes en nuestro país, sino del mundo.
Claro, porque la historia nacida en 1949 está por estos días presente en 19 países y 105 periódicos de habla hispana. Su mayor éxito está, eso sí, en Chile.
Una tierra que vio nacer a su autor, Rene Ríos o Pepo. Un brillante dibujante que creció en las entrañas de la Región del Bío Bío. San Pedro de la Paz fue durante años su cuna y su calle.
Para este caso, el periodista de la Universidad de Concepción cree justo detenerse un momento. Condorito ha suscitado tal nivel de popularidad que en cada país de Latinoamérica por el que circula se va creando una leyenda. “Si tú vas a Argentina creen que Condorito es argentino. Si vas a Perú lo mismo”, asegura Venegas.
Este flacuchento animal, que guarda un patriotismo único y un humor selecto, ha creado una identificación icónica en tierras criollas.
Cuando ve que algo extraño o impresentable, aparece su frase “Exijo una explicación”. De igual modo, quedar “¡Plop!”, es una expresión común que nació precisamente de parte de este singular plumífero con rasgos humanos.
6. Mampato
El genio detrás de este cómic es Eduardo Armstrong, quien ha logrado éxito con su obra lanzada oficialmente en 1968.
Del puño de Oscar Vega y Temístocles “Themo” Lobos, Mampato cuenta la historia de un niño que viaja en el espacio y el tiempo. Sus aventuras con el personaje Xse, del mundo alienígena u Ogu del periodo prehistórico, hacen de esta publicación una creación digna de disfrutar.
Para Ogú y Mampato los lugares físicos carecen de límites. Así como un día visitan Isla de Pascua, al siguiente pueden estar en la Atlántida o el continente africano.
Este cómic no solo quedó plasmado en las hojas de una revista, pues para el año 2002 fue llevado a las salas de cine con el título de “Ogú y Mampato en Rapa Nui”.
7. Anarko IV: Sólo la verdad y nada más que la verdad
En plena década de los 80′, cuando Chile atravesaba la Dictadura Militar, nace una revista que precisamente pretendía ir contra toda superposición fascista, su nombre era Anarko.
De autoría de Juan Carlos Cabezas, conocido popularmente como Jucca, Venegas asegura que esta tira de historietas también significó una imagen sumamente potente, en una era en la que el control de los medios de comunicación era prácticamente total y desastrosa.
La historia trata sobre un joven ‘trasher’ oriundo de Valparaíso, que es agresivo, va contra las reglas y lo que la sociedad y el sistema quieren imponer. El alcohol, las drogas y el buen rock son aspectos elementales en cada viñeta. Los fanáticos como Fernando asocian la imagen del muchacho a los integrantes de la banda de metal Slayer, el aspecto es probablemente un guiño que Jucca quiso implementar.
8. 1899: Cuando los tiempos chocan
De la creación de Francisco Ortega y Nelson Dániel, 1899 está ambientada en la Guerra del Pacífico, pero no en esa guerra que tradicionalmente conocemos, sino en una muy distinta. Una historia paralela a la realidad, en la que el héroe Arturo Prat no muere en Iquique y Miguel Grau ni siquiera fallece.
Trama en la que también la capital peruana es visitada por naves que destruyen todo a su paso y en la que podemos disfrutar de un Chile económicamente poderoso gracias al descubrimiento de un metal conocido como la Metahulla.
Por extrañas razones, los personajes que disputaron su honor en 1879, se reencuentran 20 años después con un secreto que nadie más conoce, según el portal del periodista, ésta una obra de arte “para leer y mirar”.
9. Zombies en La Moneda
Nacida en 2009, la historia de Zombies en La Moneda está a cargo, entre otros, de Marco Rauch y Manuel Mella, mientras que entre sus dibujantes destacan Eduardo De La Barra y Sebastián Lizana.
Como su nombre lo dice, el argumento del cómic se basa en un peligroso virus que se expande en Santiago de Chile. La conversión de humanos a caminantes no distingue entre ciudadanos comunes, grandes empresarios y figuras políticas o televisivas.
El experto precisa que éste es el título más importante de la editorial Mythica, fundada dos años antes por Rauch. La temática del cómic tiene una especial preponderancia, considerando el éxito avasallador de la historieta estadounidense “The Walking Dead”, que también fue llevada a la televisión en una serie con el mismo nombre.
10. Lockey & Key
Este es otro de los que Fernando llama “bombazos” de la productora Arcano IV. ‘Locke & Key’ corresponde a una serie de cómics que narra la historia de convivencia de dos portales descubiertos tras la intromisión de grupos rebeldes en una casa, en plena revolución americana. Ahí se disputan demonios de todo tipo quienes a toda costa intentan entrar al mundo real.
La historia fue escrita por Joe Hill, mientras que los dibujos corren por cuenta del chileno Gabriel Rodriguez. Arcano IV compró los derechos a sus creadores y durante este año (entre marzo y diciembre) se encuentran editando todas los tomos al idioma español de la popular publicación.