Cuando unos robots juegan al fútbol, parece como si fuera un grupo de niños de cinco años corriendo alrededor de la pelota, tirándola de forma muy imprecisa y cayéndose mucho al suelo, pero ello no les impide tener su RoboCopa.

Aunque todavía torpes, los equipos de robots han avanzado mucho en los últimos años y algunos investigadores creen que una década o dos serán capaces de desafiar a los mejores jugadores del mundo.

“Tal vez en 20 años podamos desarrollar un equipo de robots capaz de jugar contra los mejores equipos del Mundial”, afirma Daniel Lee, responsable del laboratorio de robótica de la Universidad de Pensilvania, que el próximo mes buscará conseguir en Brasil su cuarta RoboCopa, el principal torneo del fútbol robótico.

El fútbol robótico, dice Lee, es más que diversión y juego. Implica inteligencia artificial y complejos algoritmos que ayudan a tener una mejor comprensión de la visión, cognición y movilidad humana.

Una tecnología similar se puede utilizar para robots que desempeñan tareas del hogar o misiones de búsqueda y rescate, o para coches que se conducen solos, dijo Lee, que dirigió una demostración de su equipo de robots el miércoles en la New America Foundation, un “think tank” de Washington.

Mucho que aprender

Lee afirmó que los robots han mejorado mucho desde hace una década pasando de máquinas de cuatro patas como los perros a humanoides sobre dos piernas.

Pero todavía hay mucho que aprender antes de que un robot futbolista pueda ser competitivo ante un humano. Los robots de la demostración del miércoles todavía se movían de forma torpe, a veces no lograban localizar el balón y a menudo acababan chocando o cayéndose.

“Tenemos máquinas que pueden ganarnos al ajedrez”, dijo con una sonrisa, “pero todavía podemos (los humanos) pasarles por encima en el fútbol”.

Como los robots son autónomos, necesitan ser capaces de manejar todo tipo de tareas que los humanos hacen sin problema: encontrar la pelota, adaptarse a diferentes condiciones de luz y del terreno y determinar la mejor estrategia.

“Nuestros robots calculan todo en término de probabilidades”, dijo, lo que significa que un humano puede ser más inteligente que una máquina.

“En creatividad, los humanos tienen ventaja”, añadió.

Desde ingeniería a anatomía

El equipo The Penn Student se llevó a casa la RoboCopa de 2013 que se celebró en Holanda, después de haber ganado también en Ciudad de México en 2012 y en Estambul en 2011.

Lee dijo que las investigaciones se nutren de una variedad de disciplinas que van desde la ingeniería a la anatomía pasando por el deporte.

El mayor reto es desarrollar el tipo de habilidad e inteligencia que tienen los atletas. “Lo que es más difícil es comprender la intención del otro equipo”, dijo Lee.

Además de seguir desarrollando tecnología para un robot individual, los investigadores también necesitan encontrar mejores formas de comunicación entre las máquinas para que coordinen estrategias.

Lee dijo que todo eso requiere “un profundo conocimiento de la inteligencia”, del que todavía “estamos muy lejos”.

AFP PHOTO / Karen BLEIER

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