Victorino Luján, un gigante argentino de 2,08 metros de altura que fue jugador de básquetbol, empleado de hipódromos y custodio en salones de fiestas, brilla como payaso en Corteo, el espectáculo del Cirque du Soleil que se estrenó en Buenos Aires.
Luján se ganaba la vida como podía en las décadas de los años 1990 y 2000, pero un sorpresivo casting lo hizo aterrizar por primera vez en 2005 en una Canadá con 30 grados bajo cero y nieve, donde lo contrataron como clown en la compañía dirigida por Guy Laliberté.
“Yo me imaginaba en un escenario, estudiaba canto y actuación, pero nunca soñé que sería en el Cirque du Soleil”, declaró el domingo a la radio Metro951.
El artista que acompaña a Mauro Mozzani, protagonista italiano de Corteo (cortejo, en italiano), nació con cinco kilos de peso y una familia paterna con gente de elevada estatura, entre los 1,85 y 2,10 metros.
“Siempre fui grandote. Y por eso jugaba al básquet. Me gustaba el deporte. Pero era medio ‘tronco’ (torpe). Agarraba los rebotes (del tablero)”, relató Luján.
Jugó en los equipos de Arquitectura, Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque y Huracán de San Justo, pero su destino estaba en el circo.
Corteo, una historia sobre el funeral de un payaso, lleva recorridos 12 países y 52 ciudades desde su estreno en Montreal en 2005, con siete millones de espectadores y 60 artistas de 19 nacionalidades.
Desde su creación en 1984, los espectáculos del Cirque du Soleil han convocado a 90 millones de espectadores en 200 ciudades de cinco continentes.