Por Nuño Domínguez de EsMateria.com
Un equipo de astrónomos ha anunciado este martes el descubrimiento de la primera megatierra. Se trata de un planeta rocoso como el nuestro pero que tiene una descomunal masa 17 veces mayor que la de la Tierra, algo que según los modelos actuales no debería existir. Pero las observaciones con el telescopio espacial Kepler y con el instrumento HARPS North, instalado en un telescopio en Canarias, no dejan lugar a dudas: el nuevo planeta está ahí.
Se llama Kepler 10c y fue descubierto por el telescopio Kepler de la NASA, un instrumento que permitió averiguar que el planeta tiene un radio 2,3 veces el de la Tierra. Pero lo verdaderamente importante, y sorprendente, ha llegado cuando un equipo de astrónomos del Centro de Astronomía Harvard-Smithsonian (CfA) intentaron averiguar la composición del nuevo planeta.
Los resultados indican que este nuevo exoplaneta está hecho en su mayoría de materiales sólidos y que tiene una densidad nunca vista. Hasta ahora, se pensaba que los planetas de este tamaño comienzan a desarrollar una gran atmósfera que los convierte en gigantes gaseosos como Júpiter o Neptuno. Por eso los astrónomos dicen que Kepler 10c es una megatierra, un nuevo tipo de planeta mayor y más denso aún que las llamadas super tierras pero que aún mantiene las características generales que caracterizan a la Tierra.
“Con este nuevo descubrimiento la posibilidad de encontrar planetas con superficies rocosas en las que se puede desarrollar vida tal y como la conocemos en la Tierra se incrementa de manera espectacular”, explica a Materia desde EEUU la astrónoma del CfA Mercedes López-Morales, coautora del hallazgo. El descubrimiento se ha presentado hoy en el Congreso Anual de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia y el estudio ha sido publicado en Arxiv.
El nuevo planeta también sorprende por su edad: unos 11.000 millones de años. Eso es solo 3.700 millones de años después de que se originara el Universo. En sus etapas iniciales, este solo contenía elementos ligeros como el hidrógeno y el helio. La aparición de elementos sólidos como el hierro necesitaba primero que se formase una primera generación de estrellas y que estas muriesen después en una explosión que diseminase esos elementos, un proceso de miles de millones de años. La existencia de esta nueva megatierra rocosa, prueba que ya en las etapas iniciales del universo había suficientes materiales sólidos como para formar mundos como este, lo que tampoco encaja con los modelos convencionales.
“Este es el Godzilla de los planetas”, ha dicho Dimitar Sasselov, coautor del hallazgo, en una nota de prensa difundida por el CFA.“Encontrar Kepler 10-C nos muestra que los planetas rocosos pudieron formarse mucho antes de lo que pensábamos y si puedes hacer rocas, puedes hacer vida”, ha resaltado.
Sin embargo, esa vida habrá que buscarla en otras megatierras. “El periodo orbital es de 45 días y la estrella es parecida al Sol, con lo cual la temperatura superficial del planeta será mayor que la de Venus y Mercurio”, explica a Materia Ignasi Ribas, un experto en exoplanetas del CSIC que no ha participado en el estudio pero que conocía parte de sus resultados desde la semana pasada.
“Los modelos actuales que describen cómo se forman los planetas no dicen que pueda existir un planeta como este, pero eso no quiere decir que no existan ahí afuera”, opina Ribas. Con este nuevo hallazgo se vuelve a demostrar que la naturaleza sigue por delante de nuestras predicciones teóricas, algo que es “muy sano” para el avance del conocimiento del universo y la búsqueda de vida en otros planetas.
El hallazgo ha sido posible gracias al instrumento HARPS North, instalado en el Telescopio Nacional Galileo que está en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en el isla canaria de La Palma.