La “oficina” del futuro está cada vez más lejos de parecer un simple y solitario cubículo. Puede ser un café, un salón, una terminal de aeropuerto o cualquier otro lugar con conexión a internet que permita la interacción virtual con colegas.
Los computadores portátiles permiten ya a muchos empleados trabajar a distancia, pero la tendencia se acelera con tecnologías que facilitan la presencia de avatares o robots en representación de empleados de carne y hueso.f
“Estas tecnologías son facilitadoras, y tienen una mayor flexibilidad”, estima Ted Schadler, analista del centro de investigación Forrester.
“La gente no trabaja solamente desde su casa sino desde donde le resulte práctico”, señala.
Un sondeo de la firma de software Citrix en 2012 mostró que 90% de los trabajadores estadounidenses apoya formas de trabajo “móviles”, y que esta modalidad era también común en China (85%), en Brasil (81%), en India (77%), en Reino Unido (72%), en Francia y en Alemania (71%).
Pero el lugar de trabajo podría adquirir una forma aún más futurista con tecnologías que permiten a robots o a personajes virtuales llenar la imposibilidad de comunicación cara a cara.
Los robots -llamados “de telepresencia”- pueden participar en videoconferencias y en otro tipo de interacciones.
Un producto concebido por la start-up californiana Double Robotics utiliza un iPad adherido a un dispositivo parecido a un scooter que puede desplazarse por una oficina e interactuar con los colegas.
Las empresas están comenzando a apreciar esta tecnología, asegura el portavoz de Double Robotics, Jay Liew. “La gente está empezando a percibir que cuando hay un robot, es como si estuviera allí en persona”.
“Mientras más ven (al robot), más se vuelve normal. Una vez que el entusiasmo del principio pasa, eso no es sólo un robot. Es John. Es Connie, de la oficina de Seattle”, ejemplifica Liew.
Y la persona que trabaje a distancia puede participar en el trabajo en equipo desplazándose en la oficina, charlando cerca de la máquina de café o pasando a ver a un colega para hacerle una consulta.
Apretón de manos virtual
Todavía más futuristas, los personajes virtuales: los empleados pueden comunicarse como en un dibujo animado con “avatares” o imágenes creadas por ellos mismos.
Jeremy Bailenson, director de Virtual Human Interaction Lab en la Universidad de Stanford en California, explica que estos encuentros entre avatares pueden incluso mejorar la experiencia de un contacto directo.
“Dicen que nada puede sustituir el apretón de manos y el contacto visual”, señala Bailenson. “Yo concibo sistemas que permiten tener ese apretón de manos y ese contacto visual”.
Además, explica, la persona puede modificar su avatar para darle rasgos y un comportamiento que mejoren la comunicación. “Puedo hacer cosas en una reunión virtual que pueden convertirme en un vendedor más eficaz o en un mejor jefe”, sostiene.
Según Bailenson, el personaje virtual ofrece muchas ventajas: reduce los costos de combustible y los accidentes de carretera, y permite a los empleados tener más tiempo para mejorar su productividad.
Pero para que los trabajadores adopten masivamente estos personajes virtuales habrá que hacerlos más naturales, eliminándoles los voluminosos cascos y sensores actuales, estima.
La compra por Facebook de la firma de representación virtual Oculus Rift sugiere que esta tendencia se seguirá desarrollando.
Tras visitar recientemente el laboratorio, el director ejecutivo de la red social, Mark Zuckerberg, “dijo que era hora de sacar todo del laboratorio y ponerlo en el salón”, cuenta Bailenson.
El fabricante de automóviles Ford comenzó a utilizar los personajes virtuales en su laboratorio Inmersion, lo que le ha permitido hacer trabajar juntos a ingenieros y diseñadores de todo el mundo en los retrovisores o los limpiaparabrisas.
“Es como un juego Second Life”, famoso programa informático que permite crear mundos virtuales en tres dimensiones, asegura Ford.
Kori Inkpen Quinn, del centro de investigación de Microsoft, alega sin embargo que muchos empleados aún no están dispuestos a trabajar con avatares. “Incluso si yo me siento cómodo teniendo aspecto de gato, tú puedes no sentirte cómodo teniendo una reunión de negocios con un gato”, dice.
Para Lindsey Pollak, consultora de la empresa de seguros The Hartford, este nuevo tipo de empleados corre el riesgo también de estar sometido a más estrés, por no desconectarse casi nunca de su trabajo.
Un tercio de los empleados, según una reciente encuesta de Gallup, afirman que los jefes pretenden que revisen sus correos electrónicos y sigan ubicables hasta mucho después de que ha acabado su jornada de trabajo. “Esa es la nueva norma, y crea un estrés enorme”, dice Pollak.