Los operativos policiales contra la minería ilegal, que incluyen la polémica destrucción de maquinaria con explosivos, continuarán en varias regiones selváticas de Perú, dijo este jueves el funcionario a cargo de la estrategia del gobierno para la formalización de la actividad.
“No le vamos a dar descanso a la minería ilegal, continuaremos con las interdicciones”, dijo el alto comisionado para la formalización de la minería, general (r) Daniel Urresti, durante un simposio sobre oro y plata que concluyó este jueves en Lima.
Congresistas peruanos denunciaron días atrás a Urresti por haberse extralimitado en sus funciones al “bombardear” plantas de extracción de oro de mineros pobres que estaban en proceso de formalizarse. El funcionario rechazó las denuncias y advirtió que la lucha frontal contra “las mafias de la minería ilegal” se mantendrá con el objetivo de que la actividad deje de ser rentable.
“Los mineros ilegales están en shock. Han trabajado 40 años sin problemas y no esperaban que los ataquemos de esta manera”, dijo. “Las interdicciones están dando resultado y en muchos lugares los mineros ilegales se han replegado porque no quieren perder maquinaria que vale mucho dinero”, agregó.
El funcionario dijo que la mafia de los varones del oro en Perú explota a trabajadores, abusa de niños y niñas, y extrae minerales sin pagar tributos, además de devastar la selva y causar una gran contaminación.
Los operativos se han centrado en las regiones de Puno, Cusco y Madre de Dios (sureste), donde se concentra el 50% de la minería informal que, según cálculos extraoficiales, ocupa a unas 300.000 personas en el país.
Perú, quinto productor mundial de oro, produce un aproximado de 160 toneladas de oro al año con un valor de 9.000 millones de dólares, según cifras de la sociedad peruana de minería.
Se estima que un 25% del oro se extrae de manera ilegal en la región de Madre de Dios, donde se han detectado grandes daños en ríos y en la salud de las comunidades por el uso indebido de mercurio en el proceso.