El ejército tailandés dio el jueves un golpe de Estado y decretó el toque de queda, después de siete meses de crisis política y menos de tres días de ley marcial, destinada según los militares a forzar el diálogo entre los actores civiles de la crisis políticas.
“Para que el país vuelva a la normalidad”, las fuerzas armadas “deben tomar el poder a partir del 22 de mayo”, declaró el poderoso jefe del Ejército de tierra, el general Prayut Chan-O-Cha en televisión.
Este general, que había declarado la ley marcial el martes, destacó la violencia en el país que dejó 28 muertos desde el comienzo de la crisis, a fines del año pasado. “Todos los tailandeses deben mantener la calma y los funcionarios públicos deben continuar trabajando como de costumbre”, agregó.
Pero al poco tiempo el portavoz del ejército anunció el toque de queda en todo el país a partir del jueves por la noche, “entre las 22H00 y las 05H00″ locales y ordenó a todos los manifestantes que vuelvan a sus casas.
Todos los canales de televisión y radios tuvieron también que interrumpir su programación y emitir los boletines del nuevo régimen militar.
“Para dar informaciones exactas a la población, todas las radios y televisiones deben suspender su programación”, leyó un portavoz del ejército en la televisión nacional, que ya cortó la emisión y que no muestra más que fotos de militares sobre fondo blanco.
Durante los últimos 80 años se registraron 18 golpes de Estado en Tailandia. El último tuvo lugar en 2006 contra el ex primer ministro Thaksin Shinawatra provocó una serie de crisis políticas que han sacado a las calles a enemigos y partidarios de ese político multimillonario. Aunque exiliado, Shinawatra sigue dividiendo a la población.
El episodio actual comenzó con manifestaciones que pedían la partida de su hermana, Yingluck Shinawatra, primera ministra desde 2011. Ella fue destituida por la justicia a principios de mayo, pero el gobierno interino se mantuvo, pese a las protestas de la oposición.
Este anuncio del golpe el jueves tuvo lugar dos horas después de una segunda sesión de negociaciones entre los principales actores de la crisis, partidos políticos y líderes de los manifestantes de ambos bandos, en el Club del Ejército, un complejo militar de la capital bajo alto vigilancia.
Líderes de los manifestantes de ambos bandos fueron llevados del lugar de la reunión en vehículos militares, bajo escolta, justo antes del anuncio del golpe de Estado, según testigos.
¿DÓNDE ESTÁ EL PRIMER MINISTRO?
En un primer momento, se desconocía el paradero del primer ministro interino, Niwattumriong Goonsongpaisan, representado por ministros en las negociaciones.
El ejército instauró el martes la ley marcial, denunciado desde el inicio por algunos como un golpe disimulado. La ley marcial daba ya poderes reforzados al ejército.
El mando militar aseguró entonces que solo buscaba la forma de salir de la crisis sin querer imponer un golpe de Estado.
“La situación me preocupa y no puedo dejar que sigamos sin solución”, declaró en la apertura de la sesión de negociaciones el general Prayut, quien se negaba desde hacía meses a ceder a las peticiones de golpe de los manifestantes de la oposición.
Queda por ver la reacción de los manifestantes de ambos bandos, a los que el ejército ha ordenado regresar a sus casas y que seguían concentrados, aunque en pequeños números, en los diferentes barrios de la capital.
Durante las negociaciones, el líder de los progubernamentales Camisas Rojas, Jatuporn Prompan, había propuesto un referéndum nacional sobre la mejor opción a la salida de la crisis. Pero ambos bandos, que aceptaron sentarse -por primera vez en siete mes de crisis- en la misma mesa, parecían irreconciliables.
La oposición reclamaba reformas antes de cualquier nueva elección. Los manifestantes querían a un primer ministro “neutro”, nombrado por el Senado, en ausencia de la cámara baja del Parlamento, disuelta en diciembre.
Los partidarios del gobierno insistían por su parte en la necesidad de elecciones cuanto antes. Las de febrero quedaron invalidadas por la justicia debido a las constantes manifestaciones.