Un tribunal japonés prohibió el miércoles la reactivación de los dos reactores de la central nuclear de Oi (oeste), un fallo inédito en ese país desde la catástrofe de Fukushima, justificado por los riesgos que suponen para las poblaciones locales.
El fallo del tribunal regional de Fujui (oeste) es el primero de este tipo desde el accidente de la central de Fukushima, provocado por el sismo y el tsunami de marzo de 2011. Supone un serio revés para el gobierno que se esfuerza, pese a una opinión pública escéptica, e incluso reticente, a reactivar la filiar nuclear.
La empresa gestora, Kansai Electric Power, indicó enseguida que apelará la sentencia.
El gobierno del primer ministro Shinzo Abe indicó por su parte que esta decisión no “cambiaría nada” a su política de reanudar el sector nuclear.
“Reiniciaremos los reactores si se establece su seguridad de forma estrictamente objetiva”, declaró el portavoz del gobierno Yoshihide Suga.
Actualmente, la totalidad de los 48 reactores japoneses están parados tras el cierre de centrales o la puesta en obra de controles de seguridad.
Las conclusiones de los controles efectuados en la central de Oi llevaron al tribunal a zanjar a favor del status quo debido a “riesgos específicos” que suponía la reanudación de los reactores para las poblaciones instaladas en los alrededores en caso de otro sismo.
La prohibición impuesta por el tribunal de Fukui responde a una demanda colectiva de 189 personas, 166 de las cuales en un radio de 250 km de la central.
Tras la paralización de los 48 reactores con los que cuenta Japón, la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) tiene que confirmar la seguridad de las unidades consideradas explotables en el país antes de la luz verde política a la reanudación de las actividades.
En marzo, la NRA indicó que se ocuparía en prioridad de validar la seguridad de dos reactores del suroeste de Japón, Sendai 1 y 2, que podrían ser los primeros en reactivarse.