El despido de la editora ejecutiva del New York Times Jill Abramson ha desatado un debate en Estados Unidos sobre el papel de las mujeres en los medios y la igualdad de salarios en la industria.
El grupo de medios ha asegurado que Abramson, quien fue abruptamente despedida a comienzos de esta semana, no recibía un salario menor al de sus contrapartes masculinas, a pesar de que algunos reportes de prensa insistían en señalar tal discrepancia.
Cualquiera sea el caso, el incidente ha desatado nuevas preocupaciones sobre la discriminación de género y el liderazgo de las mujeres en la industria de la noticia.
“La indignación de las mujeres periodistas que se identifican con Abramson surge de algo que ya sabemos: tener un buen desempeño no es suficiente”, dijo Emily Bell, directora del centro Tow para el periodismo digital en la Universidad de Columbia, en una columna en The Guardian.
“Al parecer, las mujeres tienen que ser completamente distintas a los hombres que reemplazan (o que las reemplazan): deben adaptarse al poder que les es concedido brevemente, sin transgredir los roles de género que no se les permite evadir”.
Algunos dicen que el poco ceremonioso despido de Abramson es un retroceso en la lucha de las mujeres, a sólo tres años de que la exeditora asumiera el liderazgo del que tal vez sea el cargo más prestigioso en el periodismo estadounidense.
“La presencia de Abramson permitió que una nueva generación de mujeres del Times comenzaran a vislumbrar un futuro donde había posibilidades de asumir un liderazgo en el diario, pero además ayudó a poner coto al enfoque eminentemente masculino de la cobertura noticiosa”, escribe Amanda Hess en Slate.com.
Un informe divulgado el mes pasado por el Women’s Media Center (centro de medios de las mujeres), un grupo fundado en 2005 por Jane Fonda y la activista Gloria Steinem, sugiere que el progreso de la mujer en los medios se ha estancado.
¿No progresa la redacción?
Este informe señala que el año pasado había 36% de mujeres en las redacciones, “una cifra que no ha cambiado demasiado desde 1999″.
La investigación señala además que una panorámica de los artículos publicados en la primera plana del New York Times en 2013 muestra que los hombres fueron citados 3,4 veces más a menudo que las mujeres, si bien esta tasa no era así de alta si las reporteras que escribían la historia eran mujeres.
Un estudio separado de la Universidad de Indiana halló que el salario promedio de las mujeres empleadas en los diarios en 2012 era unos 5.000 dólares menor al de los hombres. Y otro trabajo del Centro de Investigaciones Pew pintó un panorama similar.
“De acuerdo al análisis de nuestros datos, ha habido poco cambio significativo en la participación de las mujeres empleadas en las redacciones en los años recientes”, dijo Monica Anderson, del Proyecto de Periodismo de Pew.
Anderson indicó en una entrada en un blog que “prácticamente la misma cantidad de mujeres (35%) trabajó en cargos supervisores en los diarios en 2012 que en 1998″.
Un artículo del periodista del New Yorker Ken Auletta indicó que el salario inicial de Abramson en 2011 como editora ejecutiva era de 475.000 dólares al año, bastante menos que los 559.000 que recibía su predecesor Bill Keller.
De acuerdo a esta nota, luego de que Abramson protestara consiguió que le aumentaran el sueldo a 503.000 y luego a 525.000, aunque seguía siendo una cifra menor al de su par masculino.
Estas cifras no obstante contradicen el comunicado que divulgó el jueves el dueño del Times, Arthur Sulzberger. “Simplemente no es cierto que la compensación de Jill fuera significativamente menor a la de sus predecesores”, dijo.
“De hecho, en 2013, su último año completo de trabajo, el paquete compensatorio total que obtuvo fue 10% superior al de su predecesor Bill Keller”, añadió.
Esta discrepancia podría explicarse por otros factores que van más allá del salario, como bonos y beneficios de pensión.
De cualquier manera, el incidente parece dejar preguntas sin respuestas y haber sacudido a algunos miembros de la industria.