Luego de una extensa reunión en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, la Confech llamó a marchar este 21 de mayo durante la Cuenta Pública de la presidenta Michelle Bachelet. Sin embargo, el llamado estuvo marcado por el conflicto evidenciado al interior del movimiento estudiantil, que derivó en el “auto congelamiento” de Naschla Aburman como vocera.
“Los elementos que hoy intenta posicionar el Gobierno no acaban con la educación de mercado”, expresó Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, al término de la reunión que sostuvieron la Confech y las coordinadoras de estudiantes secundarios, la ACES y la Cones.
Al término de la cita, la dirigenta llamó a la ciudadanía a marchar este 21 de mayo, durante la Cuenta Pública de la Presidente Michelle Bachelet, en Valparaíso.
Sin embargo, Sepúlveda también tuvo que salir al paso de las consultas y reconocer las diferencias al interior de la Confech, descartando, eso sí, un quiebre. Lo anterior, luego de la abrupta salida -y sin declaraciones- que realizó Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica.
“Habría que preguntarle a ella qué tenía que hacer de manera urgente. Se retiraron también varios compañeros de regiones que tenían viajes, los pasajes comprados”, señaló Sepúlveda.
Lo concreto es que Aburman abandonó la reunión motivada por el escaso apoyo que consiguió de sus pares ante las amenazas que ha recibido, renunciando de paso a la vocería del Confech.
La razón de su abrupta salida vino a evidenciar las diferencias al interior del movimiento estudiantil, donde algunos dirigentes ven con malos ojos la cercanía de la timonel FEUC con la Nueva Mayoría, en particular con Miguel Crispi, quien es uno de los principales asesores del ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre, según señala El Mostrador.
“Naschla se fue quedando sola. En las últimas semanas estaba siempre a la defensiva”, señalaron fuentes de la Mesa Ejecutiva al mismo portal. De otra forma no se explica la reticencia entre los dirigentes de apoyar públicamente una declaración que pretendía hacer pública la dirigente universitaria, condenando un panfleto que recibió el miércoles en la noche en su domicilio particular.
Dicho papel, que estaba firmado por una letra A, decía: “Melissa es del pueblo, tú no. Se va a acabar el imperio del NAU”, en alusión al movimiento que llevó a Aburman a dirigir la federación de la UC.
Ante esto, la dirigenta pidió un pronunciamiento oficial de la Confech rechazando esta situación, pero se encontró con el rechazo de Melissa Sepúlveda, que aludiendo a un acuerdo de 2011 donde se “blindaban” las vocerías de este tipo de hechos. Ante la negativa, Aburman abandonó el auditorio donde estaban reunidos, tras señalar que no estaba dispuesta a continuar con la vocería si no se condenaba explícitamente el uso de la violencia y, por el contrario, se la justificaba “institucionalmente”.
A través de un texto de la FEUC difundido de forma interna en Facebook, la presidenta de la FEUC señala que “desde la marcha del 8 de mayo, he sido objeto de críticas por condenar la violencia, como lo fue la quema de un auto (…) No podemos tolerar el amedrentamiento, amenazas a personas particulares, la represión policial, ni ninguna otra forma de violencia. La no condena de estos hechos nos haría cómplices de una situación que no estamos dispuestos a asumir”.
“Es por eso que propusimos al Confech aprobar una declaración que condenara la violencia, con el objetivo de preservar la sintonía con la ciudadanía chilena, o tomar una postura clara, porque creemos que en estos temas no deben haber matices”, indica la declaración.
“El Confech decidió no tomar postura ni condenar la violencia. Lamentablemente hoy, mientras no exista una condena oficial a estos hechos, ser parte de la mesa ejecutiva y con ello, ser vocera, significa amenazas previas a las conferencias de prensa, etc.”, sentencia.
De esta forma, Aburman confirmará si continúa como vocera de la Confech en el zonal metropolitano extraordinario que se realizará este lunes, tensionando las relaciones al interior del movimiento estudiantil, precisamente cuando la presidenta Michelle Bachelet firmó el proyecto de ley que termina el lucro, al copago y la selección en la educación.