Las autoridades estadounidenses aplicaron una primera sanción contra el fabricante de autos General Motors, en el marco del escándalo por el llamado tardío a revisión de vehículos con piezas defectuosas, vinculados a 13 accidentes mortales.
Se trata de una multa récord para este tipo de casos.
Desde inicios de año, el fabricante llamó a revisión a 10 millones de vehículos, en especial por un defecto en el encendido que impide que los airbags se abran, y que está vinculado a 13 accidentes mortales.
El fabricante “fracasó en señalar un defecto de seguridad (…) al gobierno federal en los plazos establecidos”, indicaron el Departamento de Transporte y la autoridad de regulación del transporte (NHTSA) en un comunicado.
GM se comprometió, según las autoridades, a someter a un “análisis sin precedentes” a sus procedimientos de llamado a revisión, afirmaron las autoridades.
“Nadie es perfecto. Pero no podemos tolerar y no toleraremos nunca que una persona o una empresa sea informada de un peligro y no diga nada”, dijo el secretario de Transportes, Anthony Foxx, en una conferencia de prensa en Washington.
El mayor fabricante estadounidense de autos está en problemas desde hace meses por haberse demorado en llamar a revisar vehículos producidos entre 2003 y 2011.
Al menos 13 accidentes mortales, algunos ocurridos años atrás, están asociados a esta pieza defectuosa en un caso que le valió a GM ser objeto de una investigación del Departamento de Justicia.
La firma conocía desde 2009 los defectos de algunos de sus vehículos pero no lanzó un llamado masivo hasta comienzos de este año, dijo el secretario de Transporte. “Si GM hubiese actuado de forma diferente, esta tragedia podría tal vez haber sido evitada”, añadió.
CAMBIOS INSTITUCIONALES
El grupo deberá proceder a “cambios institucionales” y asegurarse que el reemplazo de piezas defectuosas se haga “rápidamente”, precisó el comunicado que da a GM hasta el 4 de octubre para aumentar la producción de piezas destinadas a las reparaciones.
La firma debería también lograr que el “máximo” posible de conductores lleven sus vehículos defectuosos a revisión, en particular con mensajes específicos para “quienes no son anglófonos”, añadió el comunicado.
“Hay algo que no funciona en la cultura de esta empresa”, dijo el director interino de la NHTSA, David Friedman, en conferencia de prensa.
La presidenta de GM, Mary Barra, reaccionó asegurando que la firma “aprendió mucho” gracias a los llamados a revisión. “Ahora vamos a concentrar nuestros esfuerzos en el objetivo de convertirnos en una empresa líder en materia de seguridad”, dijo en un comunicado, que ya había dado explicaciones ante el Congreso estadounidense a inicios de abril.
La firma tiene un costo estimado de 1.300 millones de dólares de estas reparaciones.
A fines de abril, la empresa reconoció por primera vez que asumiría responsabilidades “civiles y legales” por los accidentes.