Tras más de una década de silencio, Monica Lewinsky decidió hablar sobre su romance con el expresidente Bill Clinton cuando trabajaba como becaria en la Casa Blanca, convencida de que es momento de dar su versión sobre los hechos que le causaron “humillación mundial”.
“Es momento de quemar la boina y enterrar el vestido azul”, escribió en Vainity Fair Lewinsky, en referencia al famoso atuendo con rastros de semen que sirvió como prueba del romance con Clinton en los 90 y el sombrero con el que fue fotografiada junto a él.
“Siento profundamente lo que sucedió entre el presidente Clinton y yo”, agregó en un pasaje de la nota que será publicada en la edición de este mes de la revista, afirmando que está determinada a “tener un final diferente” para su historia y “dar un sentido” a su pasado.
La exbecaria, de 40 años, explicó que se mantuvo tan silenciosa durante una década que incluso se generaron rumores de que los Clinton le habían pagado para que no hablara. “Nada podría estar más lejos de la verdad”, remarcó.
Sin embargo, este es un momento para dejar de “andar de puntillas sobre mi pasado, y el futuro de otras personas”, agregó.
La noticia del affair estalló en 1998 y casi le cuesta la presidencia a Clinton. Sin embargo, el mandatario logró superar el episodio y ella se convirtió en una paria de la sociedad estadounidense.
“Claro, mi jefe se aprovechó de mí, pero siempre me mantendré firme en este punto: fue una relación consensuada”, escribió. “Cualquier ‘abuso’ tuvo lugar en el período posterior, cuando me convirtieron en el chivo expiatorio para proteger su posición de poder”, agregó.
Tras el estallido del escándalo, la ex becaria rechazó ofertas que le hubieran reportado ingresos por más de 10 millones de dólares porque no parecían “lo correcto”. Intentó conseguir trabajo en el área de la comunicación y el marketing, pero los jefes la rechazaban por su “historia”, según su versión.
Lewinsky admitió que la ansiedad hizo que incluso se le pasara por la mente la idea del suicidio, pero que su sufrimiento “adquirió otro significado” en 2010, luego de que el estudiante gay Tyler Clementi se suicidara a raíz de la publicación de un video en el que se lo veía besando a otro hombre.
En 1998, Lewinsky se convirtió no solo en la persona más humillada del mundo, sino “sin duda en la primera persona cuya humillación mundial fue propagada por internet”, contó, explicando que por eso quiere trabajar con víctimas del ciberacoso.
“Tal vez al compartir mi historia… puedo ser capaz de ayudar a otros en sus momentos más oscuros de humillación”.