A una década de la inundación por parte de Endesa del cementerio pehuenche ubicado en Alto Bío Bío, familiares de las personas allí sepultadas insistieron en la creación de un museo con los restos arqueólogicos de sus ancestros.
A más de 60 metros de profundidad quedaron sepultados los cuerpos que permanecían en el cementerio de Quepuca Ralco, tras el llenado de la represa de la central Ralco, hecho que se registró hace 10 años, fecha en la que se inició la pugna entre las comunidades y la generadora, que recién al año pasado pidió disculpas a los afectados.
El alcalde de Alto Bío Bío, Nibaldo Piñaleo, detalló que los restos arqueológicos entregados por Endesa al municipio están guardados en una bodega, por lo que esperan devolver estas piezas a las familias para que ellas decidan donde ubicarlas.
La autoridad comunal agregó que en el marco de la ceremonia conmemorativa que se efectúo en Quepuca Ralco, la vocera de los afectados insistió en la idea de contar con un museo que les permita juntar los restos, los cuales en la actualidad se encuentran diseminados entre la corporación edilicia, una casa de estudios superiores y una fundación.
Paralelamente se está gestionando con el Consejo de Monumentos Nacionales la derivación del material arqueológico al museo de Cañete, idea que está en discusión, puesto que en Alto Bío Bío no habría un espacio adecuado para ello.
Cabe mencionar que el conflicto se inició con el llenado anticipado del embalse de la central Ralco, pese a que no se contaba con la resolución de algunas reparticiones de gobierno y el consentimiento de las personas afectadas, medida que fue sancionada en su minuto por la Conama con una multa que no superó los 15 millones de pesos.