El español es un idioma complejo, con una serie de normas y acepciones, que muchos hispanohablantes no conocen.
En su libro “Las 101 cagadas del español”, la periodista española María Irazusta enumera algunos de esos errores que son habituales en nuestra comunicación diaria, tanto escrita como verbal.
A continuación te mostramos algunos de los mencionados por la autora, recogidos por el diario El País.
1. Usar una coma después del saludo en un correo electrónico o carta
“La modalidad de poner coma para terminar los encabezamientos de cartas, correos electrónicos y similares, es anglosajona (Dear Peter,). En nuestro idioma, las fórmulas de saludo van seguidas de dos puntos y no de coma, tanto si se trata de documentos formales como informales. Y si se pone un nombre al ser vocativo, debe añadirse una coma. Ejemplo: Hola, Lola:”, afirma María.
2. El problema con el término “agua”
La escritora advierte: “Nunca digas ‘De este agua no beberé’, porque además de arriesgado es incorrecto. En cambio, sí puedes decir: ‘El agua que no has de beber, déjala correr’. Este extraño fenómeno de travestismo tiene una explicación: los sustantivos femeninos que van precedidos de un determinante masculino (el agua, el arma…) cumplen dos requisitos: comienzan por ‘a’ y el acento recae sobre la primera sílaba”.
3. Usar la palabra “adolece” como sinónimo de “carece”
“Su uso incorrecto como sinónimo de carecer está muy extendido. Pero su verdadera acepción es tener o padecer algún defecto o enfermedad. Si alguien asegura que la Unión Europea adolece de liderazgo o que José María adolece de simpatía, lo que en realidad está asegurando es que esta o aquel no son más que defectos o enfermedades”, explica.
4. Utilizar la frase “En base a”
Irazusta afirma que “a pesar de figurar en los ficheros de las incorrecciones comunes más buscadas, sigue campando a lo largo y ancho de nuestras conversaciones y escritos. En español, para expresar que aquello de lo que se habla tiene su fundamento en algo, hay muchas posibilidades: sobre la base de, en función de, basándose en, a partir de, de acuerdo con, con base en o según”.
5. Decir “preveer”
“Es un verbo tan difundido como inexistente. Es un engendro producto de la mezcla de prever y proveer”, sentencia. En resumen, no se “prevee” algo, sino que se “prevé”.
6. Redundancias por doquier
“Al escribir o hablar, sobre todo en los medios de comunicación, caemos en el empleo enfático de términos similares: nexo de unión, aterido de frío, accidente fortuito, ambos dos, deambular sin rumbo, puños cerrados… Cuidado”, dice la autora.