Preocupados se encuentran los trabajadores de la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), por el acuerdo de fusión vinculante que firmó el grupo Luksic con la empresa alemana Hapag-Lloyd, lo que significa que después de 142 años, la empresa deja de ser chilena y pasa a manos extranjeras.
Para los inversionistas, esta maniobra salvó a la empresa de la quiebra, mientras que para los funcionarios, les deja en la incertidumbre sobre su futuro laboral. Señalan que desde la negociación entre las firmas, sólo se les ha informado que 70 de los más de 400 trabajadores van a pertenecer a la nueva administración, por tratarse de servicios especiales, sin saber qué va a pasar con los restantes.
La presidenta del sindicato de la empresa CSAV, Ivonne Tampier, señaló a Radio Bío Bío que el escenario laboral es incierto no sólo para las 560 personas que trabajan en Chile, sino también para los más de 4 mil empleados a nivel mundial.
Ante esta situación -dijo Tampier-, los trabajadores exigen mayor claridad en la información y transparencia en el proceso que va a generar la empresa con mayor trayectoria en el país y en Valparaíso, cuyos habitantes perderían una importante fuente laboral.
En ese sentido, los dirigentes piden que el holding empresarial Quiñenco, del grupo Luksic, pueda recontratar a las personas que eventualmente queden sin trabajo.
Este proceso de cambio, según Ivonne Tampier, afecta a todas las organizaciones a nivel mundial afectando a funcionarios de Chile, Sudamerica, Estados Unidos, India y China.
Para conocer más detalles de esta situación, Radio Bío Bío se contactó con la empresa pero no se logró tener comunicación.