Viviendo en un país mayoritariamente Católico Romano uno suele pensar que la Semana Santa es igual para todos, pero no. Por ejemplo, en el Corán, Alá salva a Jesús de la cruz reemplazándolo por alguien muy parecido a él.
Así como para los católicos, para musulmanes y judíos Jesús también existe, pero con ciertas diferencias. Por ejemplo, para judíos no era el verdadero profeta ni el hijo de Dios; en cambio, en Islam si bien tampoco es considerado hijo de Alá no tiene menos importancia, es uno de los grandes profetas, junto a Abraham, Moisés y Mahomma. Su madre Maryam descendía de linaje puro de profetas y eso le permitió poder concebir milagrosamente un hijo sin padre, un hijo que llamó Isa (que es Jesús en árabe).
En el Corán se habla de cómo Jesús creció e hizo milagros, enseñó los evangelios y sanó enfermos. Incluso menciona milagros que no se encuentran en la Biblia, como que habló desde que nació y que podía decirle a la gente qué era lo que habían comido o qué guardaban en sus casa. Jesús o Isa, según su nombre islámico, fue uno más de los mensajeros que Alá mandó a ciertos pueblos y naciones los cuales necesitaban que alguien los guiaran, especialmente cuando se “desviaban” de las enseñanzas. Isa entonces, fue enviado por Alá para guiar al pueblo judío de vuelta por el camino marcado por Moisés y otros mensajeros.
Uno de las acciones más renombradas de Isa, fue que anunció la venida del profeta Mahomma, como último profeta, el enviado de Alá y “Espíritu de la Verdad”. Uno que nacerá de madre y padre, como Moisés; que se casará, fundará una comunidad de fieles, hará la ley y morirá de manera natural. Increíblemente, esto también está consignado en la Biblia (Deuteronomio 18:18-20 y Juan 14:16-17)
Al crecer, Isa fue perseguido y crucificado; hasta ahí todo similar, pero en vez de dejarlo morir, Alá que es misericordioso con los profetas, decide salvarlo: “Y por haber dicho: «Hemos dado muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el enviado de Alá», siendo así que no le mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca de él, dudan. No tienen conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero, ciertamente no le mataron” (Corán, 4:157)
¿Quién era esta otra persona? El Corán no lo especifica y aunque los expertos han sugerido nombres, no ha sido posible establecer una identidad con seguridad.
Le pregunté entonces a mi amiga Yasmin Rafiq, británica de origen pakistaní y estudiosa del Corán, qué es lo que celebraban para Semana Santa. Y ante mi sorpresa, la respuesta fue que si bien no hay una celebración como la Católica sí es un momento de reflexión sobre la vida y obra de uno de los profetas. Ella me cuenta que salvar a Isa de la muerte horrenda de la cruz es una muestra de la misericordia de Alá pero que como todos los hombres, Isa deberá experimentar la muerte cuando sea el día del juicio final y luego volver al cielo.
Semana Santa no existe como tal y esta reflexión muchas veces ni siquiera coincide con la fecha de nuestros calendarios, porque el Islam usa el calendario lunar, entonces lo que para ellos sería la “conmemoración del atentado contra la muerte de Jesús”, suele ser un par de semanas después. Algo similar pasa con los calendarios solares de las Iglesias Católicas, mientras que la Ortodoxa que usa el calendario juliano y la formula original para calcular qué día es Domingo de Resurrección, la Romana prefiere el gregoriano con formula modificada. Y ninguna de estas fechas coincide con el calendario lunisolar hebreo.
Entonces, como en todo en la vida, las cosas no son absolutas. Ahora puedo sentarme a converser con mi amiga Yasmin sobre cómo Maryam es muy importante para ellos, me atrevería a decir que casi más que Isa, o sea, ella tiene un capítulo completo del Corán (19). Me doy cuenta que quizás Alá tiene una manera de hacer las cosas que me parece más adecuada: si te aprecio, te salvo. No quiero negar ninguna Fe, solo digo que para mí, funciona mejor.
Pero claro, yo creo en Santa Rita de Cassia, el karma, los duendes que me esconden las cosas y me declaro devota del universo que provee de maneras absurdas.
Claudia Farah S.
(Faracita) Periodista, escritora amateur, madre polisilábica de una adolescente, crítica de realidades y creyente fanática de que se puede cambiar el mundo. Actualmente vive en Inglaterra después de hacer el Magister en Filosofía, Política y Economía en la Universidad de York.