El ferry que naufragó el miércoles en aguas de Corea del Sur con cientos de personas a bordo iba conducido por un oficial subalterno y no por el capitán en el momento del accidente, indicó este viernes la justicia.
“Era el tercer teniente quien llevaba el timón en el momento de producirse el accidente”, declaró el fiscal general, Park Jae-eok, en conferencia de prensa. “El capitán no estaba al timón”, añadió.
El capitán Lee Joon-seok, violentamente criticado por las familias de los desaparecidos por abandonar el barco cuando cientos de pasajeros se encontraban atrapados, se encontraba “en popa”, añadió el procurador sin más detalles.
Las causas del accidente se desconocen. Numerosos pasajeros dicen que oyeron un fuerte ruido y el ferry se detuvo súbitamente, lo que podría significar que el barco toco el fondo o golpeó un objeto sumergido.
Algunos expertos evocan también la posibilidad de que la carga del ferry, que transportaba 150 vehículos se desplazara y desequilibrara el barco.
El capitán afirmó que no chocó contra ninguna roca.
Rodeado de equipos de televisión en los locales de los guardacostas, pidió disculpas el jueves. “Los siento mucho de verdad por los pasajeros, las víctimas y las familias”, declaró.
Los padres de los estudiantes acusan de incompetencia al gobierno, a los socorristas y a la tripulación del ferry.
Veinticinco cuerpos fueron recuperados, según el balance facilitado por la noche por los guardacostas. De las 475 personas que se encontraban a bordo, incluyendo más de 300 estudiantes de secundaria, 179 personas se encuentran indemnes. Faltan 271.
Medio millar de buceadores están desplegados en la zona pero violentas corrientes y la visibilidad deficiente frenan sus esfuerzos para penetrar en el buque de varios puentes, del que solo la quilla sobresale del agua.
Intentan dar con posibles sobrevivientes que se hubieran refugiado en bolsas de aire, una hipótesis cada vez menos creíble a medida que pasa el tiempo.