Dormirse en el sofá, creer que toda la música moderna suena igual o ser el único en reírse de sus propios chistes son síntomas de que un hombre se ha convertido en su padre, según un estudio que sitúa ese momento en los 38 años.
El estudio difundido este jueves fue encargado por la cadena de televisión británica Gold, está realizado entre 2.000 adultos y enumera los 30 signos que anuncian ese paso en la vida del británico medio, aunque suenan universalmente familiares.
A los indicios ya enumerados, se le suma tener su propia silla, una manera particular de bailar -que incluye un contorneo lateral y tocar la batería o la guitarra sin tener una entre manos-, no conocer ni uno solo de los artistas del top-40 y pasar más tiempo en el baño.
Otros signos de la catástrofe: avergonzar a los miembros más jóvenes de la familia y encontrarlo divertido, hablar demasiado alto por teléfono, obsesionarse con el termostato, disfrutar regando el césped, quejarse de la música alta y preferir los libros de historia.
Cuestionar el argumento de una película -”eso es imposible”-, o invertir más en zapatos, son otros.
“El futuro es brillante para los hombres, dormir más, tener tu silla, soltarse en la pista de baile y encontrarse divertido, parece que los 38 son la edad a la que los hombres pierden oficialmente sus inhibiciones”, dijo Steve North, director general de Gold, una cadena dedicada a las comedias.