Los periódicos The Guardian y The Washington Post ganaron el lunes el Premio Pulitzer de periodismo por sus revelaciones sobre el programa de espionaje electrónico de Estados Unidos, realizadas a partir de documentos entregados por Edward Snowden.
El premio es uno de los más prestigiosos del mundo en la profesión, y los diarios lo obtuvieron en la categoría “servicio público” a raíz de sus publicaciones sobre el programas de vigilancia de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA), para la cual Snowden trabajaba como consultor.
“Estas publicaciones fueron más allá de la simple filtración de documentos”, señaló Sig Gissler, director de los Premios Pulitzer, tras anunciar a los ganadores en una sala repleta de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.
El jurado del Pulitzer, cuya decisión sobre este tema era muy esperada, eligió recompensar a los periódicos -la versión para Estados Unidos del británico The Guardian y el estadounidense The Washington Post- en lugar de a los reporteros autores de los artículos.
La categoría en cuestión reconoce “un ejemplo distinguido de servicio público meritorio de un diario o sitio de información”, según las bases del premio. Los periódicos recibieron una medalla de oro.
The Guardian y Washington Post publicaron a mediados del año pasado lo que posiblemente haya sido la historia más relevante de la década, sobre cómo la mayor potencia del mundo vigila a millones de personas en todo el planeta, en particular sus comunicaciones telefónicas y por Internet.
Las revelaciones sobre este programa dejaron muy mal parado al gobierno estadounidense y le crearon graves problemas diplomáticos con sus países aliados, furiosos al descubrir que Washington espiaba incluso las conversaciones privadas de algunos de sus líderes.
El exconsultor de inteligencia Edward Snowden se encuentra actualmente asilado en Rusia.
“Estamos extremadamente orgullosos y satisfechos por haber sido honrados por el jurado del Pulitzer. Ha sido un año intenso, exhaustivo y a veces escalofriante de trabajo en esta historia”, indicó la editora en jefe de The Guardian US, Janine Gibson, en un mail a la AFP.
De su lado, el director ejecutivo de The Washington Post, Martin Baron, afirmó que las publicaciones “fueron absolutamente un servicio público” y que, sin ellas, los estadounidenses “nunca hubieran sabido cuán lejos se movió el país de los derechos individuales en favor del poder del Estado”.