Más de diez vecinos y policías resultaron heridos el viernes en la desocupación encabezada por la policía de una nueva favela nacida hace pocos días en un edificio abandonado de Rio, a pocos kilómetros del estadio Maracaná, constató la AFP.
Al amanecer, centenares de policías llegaron a esta nueva favela de la zona norte para cumplir la orden judicial de desalojo solicitada por la empresa telefónica Oi, propietaria del predio ocupado.
Decenas de jóvenes lanzaron piedras y botellas contra la policía, que replicó con bombas lacrimógenas y balas de goma. Incluso, varios autobuses fueron quemados.
Entre los heridos había varios por bala de goma, un joven con un ojo sangrando y otro con la nariz fracturada.
La policía y la secretaría de Seguridad del estado de Rio no informaban aún del saldo total de heridos. Según el portal G1, hay además 25 detenidos, incluido un periodista de Globo acusado de desacato.
Centenares de habitantes, desesperados e indignados, protestaron en la calle frente a los agentes. Entre los vecinos se mezclaba la ira traducida en piedras y gritos con la desesperación de los llantos por haber perdido un hogar en construcción.
“¡Esto es lo que pasa en el país de la Copa!”, repetían constantemente en alusión al Mundial de fútbol que tendrá lugar en Brasil en 60 días.
Grúas y tractores, mientras tanto, demolían las barracas de madera recién construidas en torno al edificio ocupado y retiraban las pertenencias que muchos habitantes habían dejado allí, sin tiempo de recoger sus cosas.
La favela nació el 31 de marzo, cuando unos 5.000 habitantes “sin techo” o hartos de pagar elevados arriendos en otras barriadas pobres decidieron ocupar este edificio vacío desde hace años, así como su entorno.
Alrededor de un centenar de moradores resistieron varias horas dentro del edificio y dos de ellos fueron detenidos por sentarse en el suelo y negarse a salir.
El periódico O Globo informó que presuntos narcotraficantes de las favelas vecinas dispararon armas de fuego contra la policía. Tres coches de televisiones y radios locales fueron también destruidos por vecinos.