Los cambios de hora suelen ser la peor tragedia que puede sufrir nuestro reloj biológico. La modificación en los hábitos -tanto de sueño como alimenticios- se suman a las frases que marcan los días posteriores al retraso o adelantamiento del horario, como “yo estaba seguro que era más temprano”.
Un efecto mucho más desagradable que los anteriores tendría este cambio, según un estudio realizado en Estados Unidos, país donde debieron adelantar en una hora sus relojes desde el 9 de marzo.
Según el análisis, los ataques al corazón se disparan en un 25% a partir del lunes que sigue a la fecha en que se adelanta la hora. Si bien ya se conoce que el primer día de la semana suele concentrar estadísticamente los ataques cardíacos, la diferencia se advirtió como mayor en los recintos de salud en comparación con el resto de los lunes del año, de acuerdo a lo que recoge Eurekalert.
El estudio se concentró en el estado de Michigan en una revisión las bases de datos de los hospitales no federales.
El trabajo también apunta a que, inversamente, los ataques disminuyen en un 21% los lunes que siguen al momento en que la hora se atrasa -que es lo que ocurrirá en nuestro país el próximo 26 de abril-.
Según estimó el principal responsable del estudio, Amneet Sandhu, el estrés de comenzar una nueva semana de trabajo y los cambios a los que se debe someter el sueño tras el fin de semana podrían propiciar los ataques, sumado a la reducción de horas en que se duerme.
Los resultados serán exhibidos en el Congreso de la American College of Cardiology que partió hoy en Washington.