Revuelo ha provocado en la opinión pública británica la denuncia que un canal de televisión local presentó el pasado lunes sobre la nueva política de conversión de residuos clínicos de algunos hospitales: incinerar fetos.
Se trata de abortos naturales de hasta 13 semanas de gestación, cuyo resultado es reducido para posteriormente ser transformado en energía.
Según señala el portal ABC de España, el reportaje consigna que en ciertos casos a las madres únicamente se les comunicó que los fetos serían incinerados, y no el procedimiento posterior.
Asimismo, agrega que el espacio televisivo enumera en 15 mil los no nacidos cremados en los últimos 2 años al interior de 27 recintos de salud británicos.
Un total de 10 de estos centros admitieron que los restos fueron mezclados con otros residuos propios del rubro para reducir el volumen de los desechos clínicos.
Una vez conocida la puesta en pantalla de la investigación, el secretario de Estado de la Secretaría de Salud británico, Dan Poulter, calificó de “totalmente inaceptable” la práctica sanitaria y llamó a abandonarla.