Milicias prorrusas desalojaron la sede de la Marina ucraniana en el puerto crimeo de Sebastopol, un día después de la incorporación de la península a Rusia, ratificada este miércoles por el Tribunal Constitucional ruso.

El incidente, que se llevó a cabo sin disparos, se produjo al día siguiente de la muerte de un militar ucraniano y de un miliciano prorruso en un intento de asalto contra una unidad militar ucraniana en Simferopol, la capital regional.

Las autoridades separatistas crimeas prohibieron por otro lado el ingreso al territorio del ministro de Defensa y del vice primer ministro ucranianos.

En Sebastopol, los milicianos prorrusos desalojaron la sede de la Marina ucraniana y dijeron tener en su poder al jefe de la base, Serguei Gayduk.

“Son cerca de 200, algunos con pasamontañas. No están armados y no dispararon hacia nosotros. Los oficiales están encerrados en el interior del edificio”, indicó el portavoz de la Armada ucraniana, Serguei Bogdanov. Los soldados ucranianos tampoco respondieron, precisó.

Otro incidente se produjo cuando fuerzas prorrusas atacaron una base naval ucraniana en Novoozerne (oeste de Crimea), derribando la puerta con un tractor, indicó el gobierno ucraniano en Kiev.

El ministro ucraniano interino de Defensa, Igor Teniuj, y el vice primer ministro, Vitali Yarema, anunciaron su intención de viajar a Crimea para “poner fin a la escalada”, pero las autoridades separatistas dijeron que no los dejarían entrar.

El martes, un militar ucraniano y un miliciano prorruso perdieron la vida en un intento de asalto contra su unidad militar en Semfaropol. Kiev reaccionó autorizando oficialmente a sus soldados en la península de Crimea a usar sus armas en defensa propia.

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, afirmó ese mismo día que el conflicto había “pasado de una fase política a una fase militar”. Se trata en todo caso de la peor crisis entre Moscú y los países occidentales desde la caída del Muro de Berlín en 1989.