El gobierno estadounidense ordenó este martes a Siria suspender las actividades de su embajada y consulados en Estados Unidos y exigió a sus empleados a abandonar el país.
Pese a los tres años de guerra en Siria y el apoyo de Estados Unidos a la oposición y a los rebeldes sirios, ambos países no han roto oficialmente sus relaciones diplomáticas.
La cancillería siria en Washington continuaba teniendo una reducida actividad para garantizar algunos servicios consulares.
En un comunicado, el recién nombrado embajador estadounidense en Siria, Daniel Rubinstein, indicó que “Estados Unidos notificó hoy al gobierno sirio que debía suspender inmediatamente las operaciones de su embajada en Washington y sus consulados honorarios en Troy (Michigan, centro) y Houston (Texas, sur)”.
“Los diplomáticos sirios de la embajada y los consulados honorarios no tienen más el derecho de ejercer funciones diplomáticas o consulares y aquellos que no sean ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes deben abandonar Estados Unidos”, ordenó además Rubinstein.
La decisión fue tomada, según el diplomático, después de que “la embajada siria anunciara la suspensión de sus servicios consulares”.
“Tomando en cuenta las atrocidades perpetradas por el régimen (del presidente Bashar al) Asad contra el pueblo sirio, hemos considerado inaceptable que individuos nombrados por el régimen realicen operaciones diplomáticas o consulares en Estados Unidos”, insistió Rubinstein.
Sin embargo, precisó, “a pesar de las diferencias entre nuestros gobiernos, Estados Unidos continúa manteniendo relaciones diplomáticas con el Estado sirio, como una expresión de nuestros vínculos de larga data con el pueblo sirio y que esperamos que se prolonguen después de la salida del poder de Bashar al Asad”.
Rubinstein remplazó el lunes a Robert Ford como embajador de Estados Unidos en Siria, en momentos en que el conflicto entra en su cuarto año y que no hay perspectivas de alcanzar una solución diplomática por el momento.