Físicos estadounidenses anunciaron el lunes haber detectado por primera vez las ondas de gravedad que recorrieron el espacio justo después del Big Bang, un descubrimiento histórico que consolida esta teoría del origen del universo hace 14 millones de años.
Esta primera observación de estas ondas gravitatorias primordiales, previstas en la teoría de la relatividad de Albert Einstein, confirman la expansión extremadamente rápida del universo en la primera fracción de segundo de su existencia, una fase llamada inflación cósmica. Esta teoría había sido enunciada inicialmente en 1979 por el físico estadounidense Alan Guth.
La “primera evidencia directa de inflación cósmica” fue observada mediante un telescopio situado en la Antártida, tras observaciones del fondo cósmico de microondas, bajas radiaciones remanentes del Big Bang.
“Este es el lugar en la Tierra más cercano al espacio, donde el cielo es más seco, más claro y más estable”, explicaron los autores del estudio. “Es ideal para observar las microondas difusas provenientes del Big Bang”.
“La detección de esta señal es uno de los objetivos más importantes en cosmología actualmente y es resultado de una enorme cantidad de trabajo llevado a cabo por muchos investigadores”, dijo John Kovac, del Centro de Astrofísica (CfA) de la Universidad de Harvard y el Instituto Smithsonian, jefe del equipo BICEP2 (Background Imaging of Cosmic Extragalactic Polarization) que hizo este descubrimiento.
“Era como encontrar una aguja en un pajar, pero en su lugar hemos hallado una barra de metal”, dijo el físico Clem Pryke, de la Universidad de Minnesota, jefe adjunto del equipo.
Para el físico teórico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, este avance “aporta un nuevo esclarecimiento sobre algunas de las cuestiones más fundamentales para saber por qué existimos y cómo comenzó el universo”.
“Estos resultados no solo dan una prueba irrefutable de la inflación cósmica, sino que también informan de ese momento de rápida expansión del universo y de la potencia de este fenómeno”, explicó.
Los datos “confirman la profunda relación entre la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad general”, destacaron los astrofísicos. La física cuántica describe fenómenos a escala atómica que la relatividad general no puede explicar.
“Extraordinario e inspirador”
Al desplazarse, las ondas gravitacionales comprimen el espacio, lo cual produce una señal muy distintiva en el fondo cósmico de microondas. Al igual que las ondas luminosas, se polarizan, una propiedad que describe la orientación de sus oscilaciones.
“Nuestro equipo buscaba un tipo particular de polarización propia de la luz antigua” al rastrear ondas gravitacionales cósmicas, dijo Jamie Bock, del Instituto de Tecnología de California (Caltech), uno de los autores de este trabajo.
“Esta característica de una polarización ‘en vórtice’ es la marca única de las ondas gravitacionales (…) y esta es la primera imagen directa de estas ondas a través del cielo primordial”, dijo Chao-Lin Kuo, un físico de la Universidad de Stanford y miembro del equipo de investigación.
Para Tom LeCompte, un físico especialista en altas energías en el CERN y el Laboratorio Nacional de Argonne, cerca de Chicago, quien no participó en la investigación, este avance “es el anuncio más grande en física en años”.
“Esto puede potencialmente darle el Premio Nobel” a sus autores, dijo a la AFP al comparar este hallazgo con el descubrimiento en 2012 del Bosón de Higgs, piedra angular de la teoría del Modelo Estándar, la partícula elemental que le da su masa a muchas otras partículas.
Esta detección directa de ondas gravitacionales es algo “extraordinario e inspirador”, ya que permite ver lo que pasó “en el primer instante después del Big Bang”, dijo.
“Esto va más allá de lo que estamos tratando de hacer con el Gran Colisionador de Hadrones (en Suiza) para ver cómo se comportaba el universo en sus inicios (…) Esto permite ver aún más atrás en el tiempo”.