Una vecina de Concepción denunció a la Corporación Cultural Artistas del Acero de no permitir la inscripción de su hija en un taller, sólo por tener síndrome de Down. Desde la institución negaron la situación y afirmaron que hace años trabajan con personas en esa condición.
La mañana del pasado lunes, Ximena Rocco llegó hasta el centro cultural junto a su hija Andrea, de 19 años, con la idea de que la joven ingresara a talleres de Danza Moderna y Teatro. Según contó, le negaron la inscripción “sólo por tener síndrome de Down”.
“No hicieron una prueba para ver si tenía las competencias, ni nada similar, sólo dijeron que es su definición no aceptar a personas con síndrome de Down. Me dijeron que ‘no es por discriminación’. ¿Qué es entonces?”, se preguntó la mujer.
Desde Artistas del Acero lamentaron lo ocurrido y lo calificaron como “un malentendido”. En una carta enviada a la denunciante, el gerente de la corporación, Arnoldo Weber, reconoció “el error incurrido” en el manejo que se dio al caso y que efectivamente no cuentan con un programa de integración, “al no poseer las competencias técnicas ni profesionales para desarrollar clases a niños con necesidades educativas especiales o de integración, en cada uno de los 35 cursos artísticos”.
Pese a ello, el gerente dijo que revisarán la situación, pues de todas maneras hace años trabajan con niños y niñas con síndrome de Down, destacando la alianza con el Colegio Diferencial Per Sé de Concepción para un programa de danza en el que participan 18 niños.
Tras salir de las oficinas, la apoderada se dirigió el mismo día a otro centro cultural penquista, donde afirmó que recibieron a su hija “con los brazos abiertos”. Sin ánimo de buscar que reevalúen su situación, Ximena lamentó que en Artistas del Acero “sólo acepten a niños con este síndrome en talleres limitados y separados de los demás”.
Algo que desmintió tajante Arnoldo Weber, quien aseguró a BioBioChile que un niño o niña con síndrome de Down “puede ingresar a cualquier taller” que ofrece la corporación, sin hacer distinciones, y sólo con una evaluación que determinará a qué grupo podrá integrarse, según la edad que tenga.
Denuncias e inquietudes que se repiten en distintas instituciones u organizaciones, que dejan de manifiesto la tarea pendiente de avanzar con medidas concretas a la plena integración de personas con capacidades diferentes.