El presidente ucraniano Viktor Yanukovich denunció el miércoles un intento de insurrección en el país, donde los enfrentamientos causaron en 24 horas al menos 25 muertos, entre ellos nueve policías, lo que llevó a la UE a blandir la amenaza de sanciones.

La represión fue condenada por la Unión Europea (UE), que anunció que estudiará sanciones contra el gobierno de Yanukovich, quien cuenta con el respaldo de Rusia.

El último balance oficial sobre la violencia en la capital es de 25 muertos y 241 heridos, entre ellos 79 policías y cinco periodistas.

El balance anterior era de 18 muertos, incluyendo nueve agentes de las fuerzas antimotines.

Por otra parte, un periodista del diario ucraniano Vesti murió tiroteado por desconocidos no muy lejos del lugar de los enfrentamientos, informó su periódico.

En Leopolis, los manifestantes se apoderaron de edificios públicos y de depósitos de armas.

Los incidentes en Kiev se desencadenaron el martes en las inmediaciones del Parlamento. Durante la noche, las fuerzas antidusturbios lanzaron un asalto con una lluvia de granadas lacrimógenas y ensordecedoras contra el Maidán, la plaza de la Independencia, epicentro de la contestación.

Por la mañana el asalto cesó, y los manifestantes y las fuerzas de seguridad permanecían frente a frente, con cascos y escudos por ambas partes, separados por una cortina de fuego, en un paisaje de devastación.

Yanukovich acusó a los líderes de la oposición de haberse “extralimitado” al instar a una “lucha armada” para hacerse con el poder.

“Estos supuestos políticos trataron de tomar el poder infringiendo la Constitución mediante la violencia y los asesinatos”, afirmó el mandatario en un discurso a la nación en plena madrugada, tras una reunión infructuosa con figuras opositoras.

El mandatario decretó además el jueves como día nacional de duelo.

Los servicios especiales anunciaron poco después la apertura de una investigación por intento de toma ilegal del poder contra “algunos políticos”, a los que no identifica.

“El presidente nos ha propuesto que nos rindamos. Nos quedaremos aquí con los manifestantes”, declaró uno de los líderes de la oposición, Arseni Yatseniuk, a la cadena de televisión Kanal 5.

“El poder desencadenó una guerra contra su propio pueblo”, declaró otro líder, el ex campeón de boxeo Vitali Klitschko.

El poder impuso el martes un estado de emergencia de hecho: el metro de Kiev fue cerrado y las autoridades anunciaron que iban a “limitar” el tráfico en dirección a la capital a partir de la medianoche, para evitar “una escalada de la violencia”.

La agitación en Ucrania se remonta a noviembre, cuando el gobierno decidió repentinamente suspender las negociaciones de asociación con la Unión Europea (UE) y estrechar las relaciones económicas con Rusia.

Sébastien Bertrand (cc)

Sébastien Bertrand (cc)

La Unión Europea (UE) anunció que estudiará sanciones contra los responsables de la represión.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, indicó que analizará junto a los responsables de seguridad del bloque “todas las opciones, incluyendo sanciones contra los responsables de la represión y de violaciones de los derechos Humanos” en Ucrania.

Los ministros de Exteriores de los 28 celebrarán el jueves una reunión de emergencia en Bruselas.

El ministro alemán, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que “Ucrania ha pagado muy caras las tácticas dilatorias” de Yanukovich. “Su negativa a llevar a cabo conversaciones serias sobre una solución pacífica del conflicto y una reforma constitucional es un grave error”, agrega.

Su par sueco, Carl Bildt, fue más lejos y afirmó que Yanukovich tiene “sangre en las manos”. “Hay que ser claros: la responsabilidad final de los muertos y de la violencia recae en el presidente Yanukovich. Tiene sangre en las manos”, escribió en su cuenta en la red social Twitter.

Rusia, en cambio, dio un fuerte apoyo a Yanukovich, achacando la violencia a los dirigentes de la oposición.

“En el fondo, se trata de un intento de golpe de Estado”, declaró el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un comunicado. “La parte rusa exige que los líderes (de la oposición) hagan cesar el derramamiento de sangre en su país y reanuden sin dilaciones el diálogo con el poder legítimo sin amenazas ni ultimátum”, agregó.

La Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, exigió “una investigación urgente e independiente” sobre el estallido de la violencia en ese país de Europa oriental.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, había instado el martes a Yanukovich a calmar el juego, ordenando el repliegue de las fuerzas de seguridad.

Washington condena la violencia, de donde provenga, pero “el gobierno, en particular, tiene la responsabilidad de calmar la situación”, dejó claro Biden, según un comunicado difundido por la Casa Blanca.

El primer ministro polaco Donald Tusk consideró que Ucrania estaba amenazada por “una guerra civil”, con consecuencias para la seguridad y la estabilidad de toda la región.